Javier Milei ha obtenido una gran victoria en las legislativas argentinas. Con el 98% del voto escrutado, La Libertad Avanza, su partido, se hace con el 40,8% de los votos frente al 31,7% de la oposición peronista. La victoria de Milei se ha producido incluso en algunos distritos en los que el peronismo parecía más fuerte. La derrota de hace dos meses en las provinciales de Buenos Aires, donde los peronistas le sacaron una ventaja de catorce puntos, resultó ser un espejismo. El presidente argentino se acerca ahora a la mayoría política necesaria para completar las reformas económicas que inició.
La victoria de Milei evidencia que dispone de un apoyo importante, pese a que sus políticas de lucha contra la inflación han mermado el poder adquisitivo de las clases populares a través de los recortes, han vaciado la cartera de pedidos de las pequeñas y medianas empresas y han sido una medicina de caballo para los pensionistas, que han visto reducidas sus prestaciones. Pero ese 40% de votos muestra que Milei tiene una base sólida entre las clases altas y aquella clase media que tiene acceso al dólar en una economía muy dependiente de la divisa estadounidense.
Milei celebró la victoria en Buenos Aires
Milei deberá demostrar ahora que, detrás del histrión de la motosierra hay alguien con flexibilidad para negociar los apoyos que necesita para sacar adelante las reformas, y que puede sortear los escándalos de corrupción en un país con unas instituciones proclives a ello; también su entorno más inmediato, como Karina Milei, su hermana.
Para Donald Trump la victoria es todavía más importante. Milei ha sido el 'adolescente' mimado de la extrema derecha mundial. Elogiado por los mercados financieros, que ganan dinero con él, protegido por el FMI, que avala sus políticas de austeridad, el argentino es sobre todo la estrella que más brilla en la constelación de populismos de la ultraderecha global. De Giorgia Meloni a Nigel Farage, de Viktor Orbán a Isabel Ayuso, todos quieren a Milei y a todos les gustaría que su proyecto de desregulación y recortes acabara bien para clonarlo. No importa que se haga llamar libertario y que lo primero que haga es recurrir a las ayudas de estado... de Estados Unidos. No importa que los 40.000 millones de dólares prometidos por Washington supongan una pérdida de soberanía en un gobierno que se reclama nacionalista. Todo eso es relativo con tal de ganar a los restos del naufragio socialdemócrata (en Argentina y en otras partes del mundo). Muerte a los 'zurdos'.
Milei tras triunfo electoral: "El nuevo Congreso será fundamental para el cambio de rumbo"
Para Trump, padrino y protector de la criatura, la victoria de Milei tiene una vertiente geopolítica importante. Pese a que el lema de la nueva Casa Blanca es 'American First', lo cierto es que en estos diez meses de mandato, Washington ha estado muy activo en el Hemisferio Occidental. Ha lanzado una guerra sin cuartel en el Caribe que tiene como objetivo declarado las rutas marítimas de los narcotraficantes, pero en la que el destino final es el derrocamiento de Nicolas Maduro en Venezuela y, quien sabe si, con suerte, Gustavo Petro en Colombia. Ha impuesto sanciones contra los jueces del Supremo brasileño que han juzgado por golpe de Estado a su amigo Jair Bolsonaro. Ha impuesto aranceles de vértigo al Brasil de Lula.
En Argentina, como ya lo ha hecho en Panamá, libra una guerra contra la influencia de China en el continente latinoamericano. China obtiene mucha de la proteína que necesita en los campos y praderas del continente. En forma de soja o de carne. Trump sabe que Milei es el político argentino que menos se plegará a los designios de China. Por eso la ayuda a Argentina se libra también en el sector agrícola. Estados Unidos ha dejado de vender soja a China en el marco de la guerra comercial que mantiene con el país asiático, pero deja que lo haga Argentina para no deteriorar todavía más su frente exterior. Pero al mismo tiempo, Estados Unidos compra carne argentina para colaborar con la remontada de Milei en detrimento de sus propios granjeros. Las dos decisiones han enfurecido a los agricultores y ganaderos de los estados americanos con importante presencia rural, todos ellos votantes de Trump. Pero es secundario, debe pensar Trump. De momento, con Milei, ha obtenido otra victoria importante.
