No hacía falta mandar un portaaviones al estrecho de Magallanes ni disparar misiles en el rio de la Plata. Pero la sorprendente victoria del partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, en las elecciones legislativas del domingo, puede considerarse el mayor éxito hasta la fecha de la nueva política exterior intervencionista de Donald Trump en América Latina.
Tras la fuerte derrota de la derecha mileísta en las elecciones en las provincias del estado de Buenos Aires el pasado siete de septiembre, Trump adoptó una política de zanahoria y palo respecto al electorado argentino con el fin de respaldar a su estrecho aliado
Ya con votos favorables a Milei en el Congreso suficientes para acelerar el programa de privatización y desregulación, así como ayudar los planes militares de Washington en sur Atlántico, Trump puede anunciar: “Misión cumplida” en el geopolíticamente estratégico Cono Sur.
La zanahoria: un paquete de ayudas financieras sin precedentes que puede rebasar los 80.000 millones de dólares para frenar la fuga de capitales desde el peso argentino. Todos sabían en el entorno de la Casa Blanca que el colapso del valor del peso provocaría subidas descontroladas de los precios y condenaría a Milei a la derrota en las elecciones del 26 de octubre.
Ya antes, el Fondo Monetario Internacional —en el que Estados Unidos tiene derecho de veto y la última palabra— se había comprometido a proporcionar otros 20.000 millones para evitar una debacle en Buenos Aires. Esto se sumó a los los 57.000 millones que se habían prestado en 2018 al gobierno conservador de Mauricio Macri durante la primera Administración de Trump. A Argentina ya le corresponde más de la mitad de todos los créditos globales del FMI.
El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, también bajo el control en última instancia del Tesoro de Estados Unidos, se sumaron a un enorme paquete de rescate. Tan fuertes eran las presiones desde la Casa Blanca que la secretaria general del FMI,Kristalina Georgieva, tras advertir que “esperamos que las elecciones no descarrilen la voluntad de cambio”, sujetó un pin en forma de motosierra en el solapa de su chaqueta.
Pero con los mercados en caída libre en las semanas después de la derrota bonaerense, Trump decidió dar un paso más y utilizar directamente el poder financiero estadounidense para ayudar al polémico presidente libertario autoritario.
Scott Bessent, el secretario del Tesoro, anunció que EE.UU. proporcionaría 20.000 millones de dólares en créditos para respaldar el peso. Días después, dio luz verde a otros 20.000 millones procedentes de los bancos de Wall Street. Fue un respaldo extraordinario a un país conocido por su historia de impagos sobre su deuda. El compromiso por “hacer lo que sea necesario” para Milei desencadenó críticas incluso dentro del partido republicano. Pero Trump había decidido que perder uno de sus pocos aliados en una región dominada por la izquierda en Brasil, México y Colombia sería un revés demasiado fuerte..
Luego vino el palo estadounidense empleado para intimidar a los votantes contrarios a Milei. “Las elecciones (...) son muy importantes: si él gana, nosotros nos mantenemos; si no, nos vamos”, anunció Trump. Acto seguido, la Libertad Avanza puso en marcha la máquina del miedo. “La amenaza era que si pierde Milei estamos todos en el horno”, dijo la analista Shila Vilker en televisión argentina.
Muchos en la izquierda contaban con que en el país de orgullo nacionalista, la patria de Eva Perón y Diego Maradona, semejante chantaje contra la democracia, procedente desde Washington, saldría por la culata. Pero el resultado de ayer comprueba que no fue asi. Se colapsó el voto peronista, incluso en Buenos Aires, el feudo de la izquierda peronista. Medio millón de votantes que habían salido a las urnas el 7 de septiembre en la capital para castigar a Milei se quedaron en casa. “Las declaraciones de Trump eran directas y una extorsión”, dijo el analista político de la Universidad de Buenos Aires Ezequiel Ipar, de la Universidad Nacional de San Martin. “Fue un error subestimar el poder del Tesoro de EE.UU.”
Sin olvidar el Pentágono. “Este resultado afianza mucho los proyectos de Comando Sur en Tierra del Fuego ,” dijo Daniel Guzmán, del medio Agenda Malvinas en Ushuaia. “Por ejemplo, una base naval para los submarinos estadounidenses”. Las oportunidades para empresas estadounidenses en sectores estratégicos como el gas en Vaca Muerta (Neuquén) y el litio (en los salares del desierto de Atacama fronterizo con Chile) será otro dividendo de la Operacion Salvar a Milei.
La próxima misión posible en el Cono Sur: impulsar otra campaña del miedo a favor del candidato chileno trumpista José Antonio Kast en las elecciones chilenas de noviembre.
