La migración a los países ricos cae por primera vez desde la pandemia de la covid-19

Cambios demográficos

Las políticas restrictivas en inmigración, sumadas a una situación económica “menos favorable”, han frenado la llegada de trabajadores y estudiantes extranjeros

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Imagen de archivo de un aeropuerto en Filipinas 

Ann Wang / Reuters

Después de un crecimiento ininterrumpido tras la pandemia de la covid-19, la emigración permanente a los países ricos disminuyó en el 2024, un hecho inédito en los últimos cuatro años.

Esta es la conclusión de la última investigación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una institución que trabaja con los gobiernos de 34 países —dentro y fuera de Europa— con economías emergentes. Según la organización, esta caída se explica principalmente por una disminución brusca en la migración laboral, que se redujo hasta una quinta parte el año pasado. El estudio apunta que la emigración por trabajo a los países de la OCDE cayó un 21 % entre 2023 y 2024, un hecho que podría deberse a varios motivos. 

El discurso anti inmigración se ha consolidado ya en la política mundial, sin necesidad de pasar por la Casa Blanca ni por los provocativos discursos de Trump. La retórica restrictiva respecto a la inmigración ha traspasado las bases ideológicas, convirtiéndose en un pilar para gobiernos también de izquierda, como los laboristas en Reino Unido -donde la inmigración neta descendió más del 40 % desde el 2023- o los socialdemócratas en Dinamarca, actualmente en el poder.

Pero además de este rechazo desde las restricciones políticas, aquellos países donde no se ha endurecido la normativa respecto a los visados también han experimentado un número menor de migraciones laborales. Este es el caso de la mayoría de los miembros de la UE, situándose por debajo de los niveles del 2019 en países como Alemania y los Países Bajos, históricamente dos países con entradas muy elevadas de inmigrantes. 

Según Jean-Christophe Dumont, jefe de la división de migración internacional de la OCDE, en unas declaraciones recogidas por el Financial Times, esto se explica por el debilitamiento de los mercados laborales y una situación económica “menos favorable”. Además, añade, el desplazamiento forzoso derivado de la guerra en Ucrania ha aportado la presencia de muchos refugiados ucranianos que “ayudaron a reducir la presión” en sectores con escasez crónica de mano de obra. 

Así como los trabajadores, el número de estudiantes internacionales también decreció un 13% entre 2023 y 2024, un hecho que corresponde al endurecimiento del reglamento de los visados en los principales cuatro países anglófonos de acogida: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia.

Desplazamiento forzado

La presencia de refugiados de Ucrania ha ayudado a sectores con escasez crónica de mano de obra

La caída de la inmigración permanente a los países de la OCDE, sin embargo, ha sido mitigada por el aumento de las migraciones por otros motivos, como los familiares y humanitarios. En total, el retroceso, aunque inédito estos últimos años, solo ha sido de algo más del 4%, mientras que el total de 6,2 millones de nuevos inmigrantes se mantuvo un 15 % por encima del nivel previo a la pandemia del 2019.

La previsión de la organización, a pesar de las medidas antiinmigración, es que la llegada total de migrantes hacia los países de la OCDE sólo disminuya de forma moderada en 2025, manteniéndose en niveles históricamente altos. Pese a la caída de la migración laboral, los trabajadores migrantes continúan desenvolviéndose razonablemente bien en los mercados laborales, y su tasa de empleo va al alza. En el caso de España, en el 2015 trabajaba el 52,46 % de la población extranjera y en el 2024 trabajó el 57,72 %, por encima de la media nacional, según datos del Servicio Publico de Empleo Estatal SEPE

También es notable el caso del Reino Unido, donde la tasa de empleo entre los inmigrantes se situó en un 76 % a pesar de la caída en la migración laboral. Según la OCDE, esto se debe, por un lado, a que los visados se concedían sobre todo para empleos que exigían formación universitaria, y por otro, a que los inmigrantes con menos cualificación ocupaban puestos con escasez de mano de obra británica. 

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