El presidente Donald Trump aseguró que ningún funcionario estadounidense asistirá este mes a la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) en Sudáfrica, en el último episodio de una disputa surgida a raíz de sus declaraciones de que el país está maltratando a los afrikáneres blancos.
“Es una completa desgracia que el G-20 se celebre en Sudáfrica”, escribió Trump en las redes sociales, asegurando que los afrikáneres “están siendo asesinados y masacrados, y que sus tierras y granjas están siendo confiscadas ilegalmente. Ningún funcionario del Gobierno de Estados Unidos asistirá mientras continúen estas violaciones de los derechos humanos”.
El enfrentamiento de Trump con Sudáfrica alcanzó su punto álgido en mayo, cuando sorprendió al presidente Cyril Ramaphosa en la Casa Blanca mostrándole un vídeo que supuestamente respaldaba sus acusaciones de que los granjeros blancos están siendo atacados. Trump insistió en la teoría conspirativa sobre una supuesta campaña contra los sudafricanos blancos, mostrando incluso una imagen presuntamente tomada en Sudáfrica pero que, en realidad, pertenecía a Congo.
La administración Trump defiende que las leyes de propiedad negra y de equidad laboral posteriores al 'apartheid' violenta los derechos de los afrikáneres blancos
En febrero, el presidente firmó una orden ejecutiva suspendiendo la asistencia al país, alegando falsamente que una nueva ley de expropiación de tierras implicaba violaciones de derechos humanos. Trump también ha afirmado en otras ocasiones —de forma igualmente falsa— que existe un genocidio contra los granjeros afrikáneres blancos en Sudáfrica.
Su administración ha llegado incluso a ofrecer estatus de refugiado a los afrikáneres blancos, grupo que, según el Gobierno estadounidense, estaría siendo perseguido por las leyes de propiedad negra y de equidad laboral destinadas a corregir las desigualdades raciales heredadas del apartheid.
El Gobierno de Sudáfrica insistió en que la idea de la persecución de los afrikáneres “no está respaldada por los hechos”
A comienzos de esta semana, durante un discurso en Miami —donde EE. UU. será sede del G-20 en 2026—, Trump declaró que Sudáfrica no debería formar parte del grupo de economías avanzadas. “Sudáfrica ya no debería estar en los G, porque lo que ha pasado allí es terrible”, dijo el presidente.
El Departamento de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica calificó la publicación de Trump como “lamentable” y añadió que la afirmación de que los afrikáneres sufren persecución “no está respaldada por los hechos”.
En un comunicado, el departamento destacó que el propio proceso de Sudáfrica “desde la división racial y étnica hasta la democracia” sitúa al país en una posición única para “promover dentro del G-20 un futuro de auténtica solidaridad”.
Tres décadas después del fin del dominio blanco —durante el cual la población negra fue sometida y excluida de la vida comercial y política—, los ingresos de las familias blancas, que incluyen tanto a los afrikáneres como a una importante minoría angloparlante, siguen siendo casi cinco veces superiores a los de las familias negras, según un informe de Statistics South Africa publicado en enero.
Mientras tanto, los asesinatos de granjeros han disminuido en los últimos veinte años, incluso aunque más de 27.000 personas sean asesinadas cada año en Sudáfrica, la mayoría jóvenes de bajos ingresos en zonas como los townships predominantemente negros. Ninguna tierra ha sido expropiada por el Estado desde el fin del apartheid.



