China anuncia una moratoria de un año a las tasas portuarias con EE.UU.

Pekín afloja el pulso comercial

Renuncia también a sancionar a empresas vinculadas a la constructora naval surcoreana Hanwha

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Ayer domingo ya anunció que levantaba durante un año el veto impuesto en 2024 a la exportación de grafito y tres metales estratégicos de doble uso: galio, germanio y antimonio 

Florence Lo / Reuters

Pekín ha renunciado este lunes a imponer tasas especiales a los buques de bandera estadounidense, después de que Washington hiciera otro tanto y suspendiera una investigación sobre la industria naval china. La notificación del ministerio de Transportes de China se ha conocido poco después de que, a medianoche, entrara en vigor la “suspensión por un año” de los procedimientos, dictada por la Oficina de Comercio de EE.UU. 

Esta es una de las muestras más claras de que los cien minutos de entrevista entre los presidentes Xi Jinping y Donald Trump, hace dos semanas en Corea del Sur -arduamente preparada por sus respectivos representantes- no fueron en balde. 

La tregua, de carácter recíproco, supone un alivio para el comercio global, sobresaltado desde que Donald Trump decidiera volver a usar los aranceles como arma de reducción masiva del déficit comercial estadounidense, de forma aún más contundente que en su primer mandato.

En paralelo, en los encuentros que Trump mantuvo aquella misma semana con los mandatarios de Corea del Sur y Japón, aseguró haber amarrado inversiones multimillonarias de estos países para salvar los astilleros estadounidenses. 

Tregua en la guerra arancelaria y comercial

Los frutos del encuentro en Corea entre Trump y Xi empiezan a ser evidentes

Precisamente este lunes, China ha avanzado otra medida de distensión en este terreno, con la suspensión durante un año de las sanciones a subsidiarias estadounidenses de la constructora naval coreana Hanwha Ocean.

Medida balsámica que se suma al anuncio, ayer domingo, del levantamiento del control de exportaciones de hace un año sobre tres minerales estratégicos. A saber, el germanio, el galio y el antimonio, además del grafito, vitales para la industria de los semiconductores, la aviación y la defensa, particularmente de EE.UU. y algunos de sus aliados. 

Hace una semana, además, Pekín volvió a autorizar la exportación de chips, “bajo condiciones”, a Nexperia, empresa puntera de propiedad china, con sede en los Países Bajos, expropiada en la práctica por el gobierno holandés a petición de Washington, un mes antes, “por motivos de seguridad nacional”.

Por otro lado, hoy se ha sabido que el director del FBI, Kash Patel, visitó China el pasado fin de semana para tratar asuntos relacionados con el fentanilo. La exportación de ingredientes chinos para la fabricación de esta droga en Canada, México o directamente en EE.UU. -donde se ha convertido en un enorme problema de salud pública- ha sido motivo de fricción entre Washington y Pekín durante meses y habría estado sobre la mesa en la cumbre de Busan. Finalmente, el gobierno estadounidense parece haber dado por buena la introducción de mayores medidas de control por parte de China. 

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