Israel es consciente de que sus acciones en Gaza han dañado su reputación en todo el mundo. Incluso en EE.UU., su aliado más firme. Así que ahora se ha propuesto lavar su imagen. Y para ello quiere la ayuda de ChatGPT.
El Gobierno de Beniamin Netanyahu ha contratado a una empresa estadounidense llamada Clock Tower X para crear contenido digital proisraelí con el objetivo de condicionar los algoritmos de la inteligencia artificial. Según ha detallado el portal Responsible Statecraft , la idea es crear nuevos sitios web alineados con el punto de vista de Tel Aviv para que modelos conversacionales como el de ChatGPT los tengan en cuenta a la hora de responder cualquier pregunta relacionada con el conflicto de Oriente Medio.
Esta estrategia refleja el creciente peso que tienen los chatbots en la construcción del discurso público. De acuerdo con un informe reciente del Instituto Reuters, la búsqueda de información se ha convertido en el principal motivo de uso de la inteligencia artificial, y la tendencia va en aumento: hoy, un 24% de la población recurre a la IA con ese propósito, frente al 11% del año pasado.
Israel pretende usar a su favor el algoritmo de ChatGPT
Encargo millonario
Israel ha contratado a la empresa Clock Tower X para imponer su narrativa en la IA y en plataformas como TikTok y YouToube
Más allá de las acciones destinadas a alterar los resultados de ChatGPT, Clock Tower X se encargará también de promocionar la narrativa proisraelí en plataformas como TikTok, Instagram y YouTube con el objetivo de influir en la generación Z estadounidense, que cada vez se muestra más favorable a la causa palestina. Asimismo, trabajará para mejorar el posicionamiento de los mensajes del Ejecutivo de Netanyahu en el motor de búsqueda de Google, que hoy, pese al avance de ChatGPT, sigue siendo la principal vía de acceso a la información en internet.
Además, la empresa –que percibirá 6 millones de dólares por su labor, la cual durará cuatro meses– integrará mensajes proisraelíes en las plataformas de Salem Media Group, un poderoso conglomerado mediático dirigido al público cristiano conservador de EE.UU.
El interés del Gobierno israelí por esta audiencia no es casual: encuestas elaboradas por el Centro de Investigación Pew indican que el apoyo a Israel ha registrado una fuerte caída entre la derecha estadounidense. El desapego es especialmente notorio entre los menores de 50 años: en los últimos tres años, la opinión negativa sobre Israel de este colectivo ha pasado del 35% al 50%. Para los gobernantes israelíes, este cambio de postura resulta muy peligroso, ya que puede conducir a un debilitamiento de las relaciones con la Casa Blanca. Si los republicanos ven que su base electoral empieza a cuestionar el apoyo a Israel, quizás dejarán de ser tan indulgentes con Tel Aviv.
Conexión con la Casa Blanca
El propietario de Clock Tower X es Brad Parscale, quien dirigió la campaña digital de Trump en las elecciones del 2016
Al cargo de esta ambiciosa operación de relaciones públicas precisamente estará un viejo aliado de la actual administración estadounidense. Se trata de Brad Parscale, que es a la vez el propietario de Clock Tower X y el director de estrategia de Salem Media. Este consultor ganó notoriedad como responsable de la campaña digital de Donald Trump en las elecciones del 2016. Entonces Parscale puso el foco en Facebook, recurriendo a los servicios de la controvertida compañía británica Cambridge Analytica para segmentar los anuncios. En el 2020 fue contratado de nuevo por Trump para dirigir su campaña de reelección, pero acabó renunciando tras ser degradado al cargo de asesor. Sus decisiones habían sido muy cuestionadas: según algunos de sus colegas, parte del dinero de aquella campaña fue a parar a sus bolsillos a través de compañías que él controlaba, si bien nadie aportó pruebas al respecto.
Pero Clock Tower X no es la única empresa que trabaja para lavar la imagen de Israel en EE.UU aprovechando el potencial de internet. El Gobierno de Netanyahu también ha recurrido a la compañía Bridges Partners para conseguir que personas influyentes en redes publiquen contenido proisraelí. La iniciativa, denominada Proyecto Ester, emplea a cerca de una veintena de influencers que reciben hasta 7.000 dólares por mensaje. Según Responsible Statecraft, la legalidad de esta operación está en duda, ya que los implicados deberían registrarse como agentes extranjeros, tal y como establece la legislación estadounidense, y de momento no consta que lo hayan hecho, pese a que se cree que empezaron a colaborar con Israel el pasado julio.
Por otro lado, la empresa Show Faith by Works ha sido contratada para promover la visión proisraelí en las iglesias de EE.UU. Según consta en documentos presentados al Gobierno federal en virtud de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros, esta compañía, dirigida por el activista cristiano Chad Schnitger, elaborará anuncios digitales explícitamente antipalestinos dirigidos a los feligreses –a los que se llegará a través de una gran campaña de geolocalización– y creará una exposición de realidad virtual sobre el atentado de Hamas del 7 de octubre que podría recalar en templos, colegios y eventos cristianos.
La empresa también planea utilizar a celebridades –se habla, por ejemplo, de los actores Chris Pratt y John Voight– para difundir mensajes a favor de Israel entre el sector conservador del país.
