Después de dos días evitando las preguntas de los periodistas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalmente ha roto su silencio sobre las últimas revelaciones del caso Jeffrey Epstein, que demuestran que conocía la trama de abusos y tráfico de menores del pederasta fallecido. A través su plataforma, Truth Social, el mandatario ha acusado a los demócratas de “hacer todo lo que pueden con su poder marchito” en el Congreso para “impulsar” lo que ha llamado “el bulo Epstein” como distracción de “todas sus malas políticas y derrotas”.
En una segunda publicación, ha dicho que pedirá a la fiscal general, Pam Bondi, y al FBI, que abran una investigación sobre la “implicación y relación” de Epstein con el expresidente Bill Clinton, el donante demócrata y fundador de LinkedIn Reid Hoffman, el exrector de Harvard Larry Summers, y “muchas otras personas e instituciones, para determinar qué estaba pasando entre ellos y él”.
Es la estrategia habitual del republicano: cuando se siente acorralado, ataca a sus adversarios. “Epstein era demócrata, y es un problema de los demócratas, ¡no un problema de los republicanos! Pregunten a Bill Clinton, Reid Hoffman y Larry Summers sobre Epstein; ellos lo saben todo sobre él. No pierdan su tiempo con Trump. ¡Yo tengo un país que dirigir!”, ha señalado.
Si bien es cierto que los documentos de Epstein revelan que mantenía contactos con estos demócratas, los correos publicados el miércoles por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes lo dejan a él en un lugar mucho peor. En un mensaje a su socia y colaboradora en la trama de menores, Ghislaine Maxwell, Epstein dijo que Trump “pasó horas en mi casa” con una de las víctimas. En otro, al periodista Michael Wolff, dice que el mandatario “sabía sobre las chicas” que fueron víctimas de sus abusos durante años.
Además, el caso Epstein no es solo “un problema de los demócratas”, como alega Trump: en su extensa red de contactos, hay figuras clave de su movimiento político, Make America Great Again, como su estratega Steve Bannon o el magnate tecnológico Peter Thiel.
En sus publicaciones, el presidente también critica a los legisladores de su partido que se han sumado al esfuerzo del Congreso para forzar al departamento de Justicia a publicar todos los documentos del caso Epstein que tiene en su poder. Asegura que los demócratas solo quieren “desviar la atención de todas sus malas políticas y derrotas, especialmente la vergüenza del cierre de gobierno”, y lamenta que “algunos republicanos débiles han caído en sus garras porque son blandos y necios”. Esta semana, la cámara baja ha logrado las firmas necesarias para forzar la votación, y su presidente, el republicano Mike Johnson, ha dicho que podría darse la próxima semana.
Trump asegura que Clinton, Hoffman y Summers “pasaron grandes partes de su vida” en la isla privada de Epstein
El propio Trump se presentó a las elecciones prometiendo una total transparencia sobre el caso, que lleva años alimentando multitud de teorías de la conspiración entre su base de seguidores. Una vez en el poder, publicó una “fase 1” de documentos, aunque no aportaron información nueva y relevante. Por ello, el Comité de Supervisión del Congreso, bipartidista pero liderado por los republicanos, ha estado trabajando en la obtención de nuevos detalles en los últimos meses. Los documentos publicados el martes, unas 23.000 páginas, fueron entregados por los herederos del financiero, por lo que no son un “bulo” de los demócratas.
En ellos, se demuestra que Epstein mantuvo un contacto recurrente con Larry Summers, destacado economista que sirvió en las administraciones de Bill Clinton y Barack Obama, y fue rector de la Universidad de Harvard. Aunque su relación con el pederasta, de quien después se distanció, ya era conocida, los correos muestran un intercambio frecuente entre el 2017 y el 2019, cuando resurgían las acusaciones penales que terminaron en su segunda condena.
Sin embargo, Trump asegura que Clinton, Summers, Hoffman “y muchos otros” de alguna forma “pasaron grandes partes de su vida” con el fallecido agresor sexual en su célebre isla privada, algo que no demuestran los nuevos correos difundidos.
No es la primera vez que Trump pide al departamento de Justicia investigar a sus adversarios políticos. En los últimos meses, ha logrado las imputaciones penales de tres de ellos: el exdirector del FBI, James Comey, la fiscal general de Nueva York que lo investigó, Letitia James, y su ex consejero de seguridad nacional, John Bolton.


