Los demócratas de la Cámara de Representantes han publicado este miércoles tres correos electrónicos del pederasta fallecido Jeffrey Epstein en los que mencionó directamente a Donald Trump y que lo involucran en su trama de tráfico y abuso a menores de edad. En uno de los emails, desvelados como parte de la investigación del Congreso, Epstein asegura que el ahora presidente “pasó horas en mi casa” con una de las víctimas.
Donald Trump y Melania Knauss posan con Jeffrey Epstein y su conseguidora, Ghislaine Maxwell, en Mar-a-Lago en el 2000.
En otro mensaje, Epstein afirma que Trump “sabía sobre las chicas” que fueron víctimas de sus abusos durante años. En un tercer correo, que forma parte de los miles de documentos que ha recibido el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes por parte del patrimonio de Epstein, el financiero reflexiona sobre cómo responder a las preguntas de la prensa acerca de su relación con Trump, meses después de su salto a la política con el anuncio de su primera campaña electoral, en el 2015.
El presidente, que prometió en campaña publicar todos los archivos de Epstein, ha afirmado repetidamente que, aunque en el pasado fueron amigos (durante unos 15 años), terminaron distanciándose, y ha negado cualquier acusación que lo vincule con sus delitos. Los tres intercambios de correos difundidos hoy datan de después del acuerdo de culpabilidad que Epstein alcanzó en el 2008 en Florida, por lo que se enviaron años después del supuesto distanciamiento con Trump, en el 2004, y antes de su muerte en una celda de máxima seguridad mientras esperaba su juicio por el presunto abuso de cientos de menores, en agosto del 2019.
“Estos últimos correos y correspondencias plantean preguntas alarmantes sobre qué más está ocultando la Casa Blanca y sobre la naturaleza de la relación entre Epstein y el presidente”, ha dicho en un comunicado el congresista Robert Garcia, demócrata de California y principal miembro demócrata del Comité de Supervisión.
Uno de los correos, fechado en abril del 2011, se dirige a Ghislaine Maxwell, colaboradora y condenada a 20 años de prisión por facilitar los crímenes de Epstein en la trama de menores. “Quiero que te des cuenta de que el perro que no ha ladrado es Trump”, dijo, añadiendo que una víctima, no identificada, “pasó horas en mi casa con él... y nunca ha sido mencionada”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha emitido un comunicado acusando a los demócratas de haber “filtrado selectivamente correos electrónicos a los medios liberales para crear una narrativa falsa y difamar al presidente Trump”. Además, ha identificado a la víctima mencionada en el correo de Epstein como Virginia Giuffre, una de las principales testigos del caso Epstein, que en el 2016 negó la participación de Trump en esos abusos y que se suicidó en abril de este año. En un libro autobiográfico publicado tras su fallecimiento, Giuffre incluyó relatos dolorosos sobre figuras poderosas, lo que propició la caída en desgracia, entre otros, del príncipe Andrés de Inglaterra.
“Trump expulsó a Epstein de su club hace décadas por acosar a sus empleadas, incluida a Giuffre”, ha asegurado Leavitt. “Estas historias no son más que intentos malintencionados de desviar la atención de los logros históricos del presidente Trump”, ha añadido.
La Casa Blanca identifica a la víctima mencionada como Virginia Giuffre, la testigo que propició la caída en desgracia del príncipe Andrés
Los otros dos intercambios de correos se dieron con el autor Michael Wolff, quien había escrito un libro sobre el presidente. En uno enviado el 15 de diciembre del 2015, Wolff advierte a Epstein que la CNN planeaba esa misma noche “preguntarle a Trump sobre su relación contigo, ya sea en directo o después del debate”. Según la transcripción, revisada por medios estadounidenses, finalmente no se le hizo esa pregunta en directo.
Epstein respondió al correo de Wolff: “Si pudiéramos preparar una respuesta para él, ¿qué crees que debería decir?”, y Wolff le recomendó no hacer nada, pues “creo que deberías dejar que se hunda solo”. “Si dice que no ha estado en el avión ni en la casa, eso te da una valiosa moneda de cambio mediática y política”, añadió, que podría usarse para “hundirlo después o salvarlo, generando una deuda”. En otro correo, en el 2019, Epstein le dice a Wolff que Trump “por supuesto que sabía sobre las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”.
Las últimas revelaciones sobre la relación entre Trump y Epstein llegan justo el día en el que la Cámara de Representantes se dispone a aprobar el proyecto de ley del Senado que pondrá fin al cierre de gobierno más largo en la historia del país. Esta cuestión ha desviado la atención sobre los escándalos de Epstein, que llevan persiguiendo a Trump desde que inició su mandato en enero, pero una vez se resuelva el cierre administrativo es probable que vuelva al primer plano mediático.
En paralelo a la difusión de estos tres correos, el Comité de Supervisión, liderado por los republicanos, ha publicado otras 23.000 páginas de documentos relacionados con el caso, en las que se incluyen también emails de Epstein, así como registros de vuelos, que sugieren que el financiero viajó con personalidades, entre otras, el magnate tecnológico y aliado de Trump Peter Thiel. Los representantes demócratas han acusado a los republicanos de intentar distraer la atención de sus revelaciones, así como vender a la ciudadanía que ellos también están intentando esclarecer lo sucedido.
El autor Michael Wolff, en un correo a Jeffrey Epstein
“Por supuesto que sabía sobre las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”
En septiembre, los demócratas del Comité de Supervisión publicaron otros documentos reveladores, incluida una versión redactada del libro de cumpleaños que su ex asociada, Maxwell, le regaló a Epstein en el 2003 por su 50.º aniversario. En ese libro, que contiene una colección de mensajes dirigidos a Epstein por parte de personas de alto perfil con las que se relacionaba, aparece una carta presuntamente firmada por el presidente Trump.
Los demócratas publicaron en sus redes sociales el contenido de la carta, en la que se observa la silueta de una mujer desnuda acompañada de una dedicatoria subida de tono y con la firma de Trump representando su vello púbico. “Aquí: Tenemos el mensaje de cumpleaños de Trump a Jeffrey Epstein, que el presidente afirmó que no existe”, anunciaron entonces los congresistas demócratas a través de la red social X. “Trump habla de un ‘maravilloso secreto’ que ambos compartieron. ¿Qué oculta? ¡Hagan públicos los archivos!”, añadieron, en referencia a los papeles de Epstein que el presidente prometió desvelar y de los que después se desentendió.
En la nota, Trump expone una conversación ficticia entre él y Epstein, en la que ambos se jactan de que “hay algo más en la vida que tenerlo todo”, aseguran que tienen “cosas en común” y que “los enigmas nunca envejecen”. Termina con un mensaje de Trump en el que felicita a Epstein por su cumpleaños y concluye con un sospechoso “y que cada día sea un nuevo y maravilloso secreto”.
Todos estos documentos publicados se enmarcan en la investigación del comité bipartidista del Congreso, que solicitó a los herederos del pederasta Epstein el acceso a un conjunto de documentos, en aras de la transparencia sobre el mediático caso, que ha generado numerosas teorías de la conspiración desde la muerte del financiero en el 2019 en una celda en Manhattan.
Durante la campaña electoral, Trump se abonó a los deseos del movimiento MAGA y prometió que iba a hacer pública toda la información relevante sobre el caso de su antiguo amigo. Pero en julio, un mes después de que el magnate Elon Musk acusara a Trump de aparecer en los papeles de Epstein, la Casa Blanca cambió la versión.
Entonces, el departamento de Justicia y el FBI determinaron que no había pruebas de que el financiero hubiera mantenido una “lista de clientes” con los nombres de hombres poderosos a los que chantajeó tras invitarlos a sus fiestas privadas con menores. La conclusión se produjo tras una revisión ordenada por Trump, que también determinó que Epstein había muerto por suicidio mientras estaba bajo custodia en su celda en Manhattan.
La propia fiscal general de Trump, Pam Bondi, publicó en febrero la “fase 1” de los archivos clasificados del caso Epstein, aunque su contenido enfadó a las bases trumpistas porque en ellos no había ninguna información nueva, lo que alimentó las teorías de la conspiración. Desde entonces, tanto ella como Trump han sido repetidamente preguntados por la publicación de la fase 2, pero han esquivado el caso.

