Un muro y las ruinas de un pueblo libanés manchan el paisaje montañoso de las urbanizaciones de Metula. Frente a los chalets con tejado de doble vertiente se extiende el muro fronterizo construido por los israelíes y las poblaciones arrasadas en la última guerra contra Hizbulah, sellada en un alto el fuego hace justo un año. Una tregua rota prácticamente a diario por la aviación y los drones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), y que amenazan con una nueva escalada.
“He venido para recordar lo que pasó”, asegura en Metula un veterano israelí, quien oculta su nombre. Como soldado, estuvo destinado en Líbano durante la ocupación del sur del país, que se alargó desde el 1982 hasta el año 2000. También luchó en la invasión del pasado otoño, donde perdió “a varios compañeros”, explica, antes de marcharse, incómodo por la presencia de periodistas.
El último de estos bombardeos tuvo lugar la noche del martes en el campo de refugiados palestinos en Sidón, a tan solo media hora en coche de Beirut. Un total de 14 personas fallecieron en el ataque, el más mortal de los últimos meses. El objetivo fue un aparcamiento civil, en el que, según el comunicado del Ejército israelí, se encontraba un complejo de entrenamiento afiliado a Hamas. El grupo armado cuenta con una presencia reducida en Líbano, donde su aliado, Hizbulah, controla parte del territorio.
Los obreros de la construcción levantan el muro, parte de la frontera con Líbano, en el norte de Israel
El pacto alcanzado entre la milicia chií libanesa e Israel el 26 de noviembre de 2024 estipulaba la retirada de las tropas hebreas del sur del país, así como el desarme de Hizbulah en esta zona. Un año después, el gobierno de Beniamin Netanyahu acusa al grupo de estar rearmándose en la frontera, y ha intensificado los ataques contra su infraestructura en todo el país.
Tanto Washington como Tel Aviv han presionado al ejecutivo libanés y a su débil ejército para que requise todo el armamento de Hizbulah, que hasta la campaña militar del año pasado era la milicia con más potencia armamentística de la región. El liderazgo del Partido de Dios se ha negado a entregar sus misiles, bajo el argumento de ser los únicos que pueden proteger al país de la amenaza que implica Israel.
Según fuentes diplomáticas libanesas, el enviado estadounidense para Oriente Medio mantuvo esta semana una reunión a puerta cerrada con el comandante en jefe del Ejército libanés, el general Rodolph Haykal, en la que insistió en la necesidad de “restablecer la autoridad del Estado” en el sur y acelerar las operaciones de supervisión y control.
Daños ocasionados por el ataque israelí a un campo de refugiados en Sidón, en el sur de Líbano, que ocasionó trece muertos este miércoles
El general, que afronta un cuerpo armado debilitado por la crisis económica y por la falta de recursos, trasladó a la delegación estadounidense que cualquier iniciativa requiere primero garantías de seguridad y el fin de los ataques israelíes, una condición que Washington aún no ha logrado asegurar sobre el terreno.
En paralelo a la presión militar, la tensión diplomática también ha aumentado en los últimos días. El presidente libanés, Joseph Aoun, ordenó este sábado al ministro de Exteriores que prepare una denuncia formal contra Israel por la construcción de un nuevo muro dentro de territorio libanés. La misión de paz de la ONU desplegada en la frontera, FINUL, confirmó el viernes que el ejército israelí había levantado una estructura al suroeste de Yaroun que cruza la línea fronteriza y deja más de 4.000 metros cuadrados de suelo libanés inaccesibles para su población.
El mando de los cascos azules recordó que esta obra vulnera la resolución del Consejo de Seguridad que puso fin a la guerra entre Israel e Hizbulah, además de violar la soberanía e integridad territorial del Líbano. Israel sostiene que el muro, cuya construcción inició en 2022, forma parte de un plan más amplio para reforzar la frontera norte y niega haber traspasado la Línea Azul, el límite supervisado por Naciones Unidas.
Los ciudadanos del norte de Israel, donde más de 90.000 fueron evacuadas durante los casi dos años de conflicto con Hizbulah, temen volver a tener que marcharse. “Sentimos la tensión en la frontera. Vemos las noticias. A veces el ejército bombardea. No está tranquilo”, dice Zaki, agente inmobiliario en Kyriat Schmona, quien regresó hace unos meses a su casa, situada a escasos kilómetros de la frontera libanesa.
Pasó más de un año junto a su familia en un hotel de Jerusalén, donde nació su segundo hijo. Apoya a Israel en una nueva ofensiva contra Líbano: “Empezamos algo y no lo terminamos (…) Hizbulah todavía no ha bajado la bandera blanca”, admite.
Líban presenta una denuncia forma contra Israel por vulnerar la línea azul fronteriza con la construcción de un muro entre los dos países.
La diferencia sin embargo, es que al mando de Hizbulah ya no se encuentra Hasan Nasralah, el líder histórico del grupo y quien fue asesinado en un bombardeo el año pasado. “Le he conocido toda mi vida”. Cuando lo mataron, su hijo le preguntó: “Papá, ¿Nasrallah es un dragón? Todos hablan de él y escupe fuego a todo el mundo”. Explica que vivir y formar una familia en la frontera de Israel “es una decisión política, sólo para personas fuertes”, y que permanecerá allí a pesar del constante cruce de fuego. “Al menos ya no tendré que explicarle a mi hijo quién es Nasralah”.
Fragilidad
La tregua también se tambalea en Gaza
El gobierno israelí despliega en los últimos días una febril actividad militar más allá de Gaza, donde, pese a que ocupa el centro de la atención internacional, mantiene los ataques en los que en ocasiones perecen civiles que se encuentran junto a la zona amarilla que divide el área controlada directamente por el ejército israelí.
El miércoles, el primer ministro Beniamin Netanyahu visitó a los altos mandos del ejército israelí que se encuentran en Siria, más allá de la línea de demarcación entre los dos países. El primer ministro quiso darle toda la notoriedad a la visita, a la que fue acompañado por ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, el ministro de Defensa, Israel Katz y el jefe de la seguridad interior (Shin Bet).
Ataques de Israel
Al menos 19 palestinos muertos en Gaza
En las últimas horas, al menos 19 palestinos han perdido la vida como resultado de los ataques israelíes, según informó la Defensa Civil local. Cinco personas, entre ellas una mujer y un niño, murieron en el barrio de Zeitun, en el este de Ciudad de Gaza, cuando un edificio fue alcanzado por un bombardeo.
En el sur, en Khan Younis, tres personas murieron y varias resultaron heridas tras un ataque a un edificio de la UNRWA, mientras que en Shujayea, al este de la ciudad, un dron israelí y un proyectil de tanque provocaron otra serie de víctimas mortales y heridas.
Según un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), más temprano este miércoles varios hombres armados dispararon contra la zona donde operan soldados israelíes en Khan Yunis, en lo que constituyó, según el ejército, una violación del acuerdo de alto el fuego. No se reportaron heridos entre las tropas israelíes.
En respuesta, las FDI comenzaron a atacar objetivos vinculados a Hamas en toda la Franja y aseguraron que sus tropas seguirán desplegadas en la región para neutralizar cualquier amenaza inmediata, reafirmando que continuarán operando para proteger al Estado de Israel.
Netanyahu mencionó en su alocución a la muerte de un israelí en Beit Ommar, en la Cisjordania ocupada, que ha dado lugar a una verdadera caza al hombre por parte del ejército israelí, que ha interrogado ya a más de 200 palestinos.
Cisjordania es escenario en las últimas semanas de la violencia que despliegan los colonos israelíes -que reciben el apoyo tácito del ministro de la Seguridad Interior, el también colono Itamar Ben-Gvir. Sectores de la sociedad israelí consideran que la violencia de los colonos ha ido demasiado lejos y se le ha escapado de las manos al gobierno.

