En la etapa final de la contienda electoral, el aspirante a la presidencia por la extrema derecha chilena, José Antonio Kast, enfrenta un escenario complicado. A pesar de que se proyecta cómodamente para la segunda ronda electoral de este domingo 14 de diciembre, con una delantera de al menos 15 unidades sobre su rival, la candidata progresista Jeanette Jara, las potenciales concesiones de indulto a individuos sentenciados por delitos de lesa humanidad durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990) han surgido como un obstáculo para el abanderado de la ultraderecha.
Durante la contienda electoral, Kast se abstuvo de abordar asuntos distintos a la inmigración, la seguridad y la economía. No obstante, a pocos días de la votación, las interrogantes sobre los perdones se han vuelto imposibles de eludir. “Nadie merece morir en una cárcel”, declaró este martes en el debate final antes de la jornada electoral, manteniendo la posibilidad de otorgar beneficios penitenciarios en un hipotético mandato.
En la primera ronda, Kast se esforzó por evitar el tema de los indultos. Sin embargo, otro de los aspirantes, Johannes Kaiser, del partido de extrema derecha libertaria, sí abordó la cuestión. “Usted no puede tener gente de 80 y 90 años pudriéndose en una cárcel, queriendo mezclarlos con delincuentes comunes solamente porque a usted no le caen bien políticamente” declaró Kaiser en noviembre anterior, cuando se le preguntó durante un debate sobre la posibilidad de indultar a Miguel Krassnoff, un antiguo militar sentenciado a más de un milenio de cárcel por crímenes de lesa humanidad cometidos bajo la dictadura.
La conexión de Kast con Pinochet es bien documentada. Sus inicios políticos se remontan a la Unión Demócrata Independiente (UDI), una agrupación política establecida durante el régimen militar por Jaime Guzmán, quien fuera senador acribillado en democracia y arquitecto de la Carta Magna vigente desde 1980. Kast formó parte de la UDI por más de veinte años y se desempeñó como miembro de la Cámara de Diputados por dieciséis años; en 2016, abandonó la colectividad para crear el Partido Republicano. Kast también se caracterizó por ser un ferviente partidario de que Pinochet permaneciera en el poder e incluso afirmó que, de estar vivo el general, le daría su voto. Los lazos se extienden incluso al ámbito familiar, dado que su hermano mayor, Miguel Kast, ocupó cargos ministeriales y presidió el Banco Central durante el gobierno autoritario.
En 2021, durante su segunda campaña presidencial, el abogado de varios reclusos de Punta Peuco -la cárcel inaugurada en 1995 para condenados por violaciones a los derechos humanos- confirmó en un reportaje televisivo que José Antonio Kast visitó a Miguel Krassnoff y que, además, gestionó “personalmente” indultos durante el gobierno de Sebastián Piñera.
A pesar de que han transcurrido 35 años desde que Pinochet dejó el poder, la influencia del régimen sigue manifestándose en la sociedad chilena, la cual se presenta más dividida que nunca para estas elecciones. Jeannette Jara, la candidata de izquierda y antigua ministra del Trabajo de Boric, ha criticado duramente a Kast durante las últimas semanas de campaña, tanto en los debates como en la publicidad oficial en televisión, alegando que él busca otorgar indultos a Krassnoff. El candidato republicano, por su lado, ha negado estas acusaciones, relacionando el tema con la discusión en curso en el Congreso sobre la reducción de sentencias y otras concesiones carcelarias para prisioneros de avanzada edad o con dolencias serias.
La controversia sobre los indultos se intensificó aún más en las etapas finales de las elecciones. El representante José Carlos Meza, una de las personalidades más destacadas del Partido Republicano, ha declarado en
CNN Chile indicó que las ventajas que se debaten en el Congreso no deberían dejar fuera a ningún sentenciado. Ante la consulta de si eso abarcaría también a agresores de menores, respondió que “no hay que hacer distinciones”. Esa afirmación colocó a Kast en una posición difícil, ya que hasta ese momento había eludido comentarla, manifestando que “no es lo relevante”. No obstante, durante el debate cara a cara del martes, se vio obligado a definir una postura más definida y afirmó que “jamás indultaría a un abusador de niños”.
Aun así, Jara ha continuado concentrándose en ese incidente, orientando su táctica hacia el enfrentamiento con el aspirante conservador en terrenos desfavorables. Al finalizar su campaña este miércoles, la exfuncionaria declaró que “está en juego la impunidad para pedófilos y violadores de derechos humanos”.
A pocos días de la segunda vuelta, el republicano José Antonio Kast lidera claramente en las encuestas, aunque el panorama no está libre de dudas. El electorado
que respaldó al dirigente del Partido de la Gente (PDG), Franco Parisi, en la contienda inicial —quien obtuvo cerca de 2,5 millones de votos, posicionándose como el tercer aspirante con mayor sufragios— todavía es
un elemento incierto. A pesar de que la agrupación sugirió votar predominantemente en blanco o anular el voto en la segunda vuelta, la conducta de dichos votantes no solo se define por la simpatía ideológica, sino también por inquietudes relativas a la salvaguarda de prerrogativas sociales, la protección y el impacto de retóricas anticomunistas, las cuales han impulsado a una porción considerable de la población.

