Estados Unidos ha confiscado un segundo buque petrolero en aguas internacionales cerca de la costa de Venezuela, tan solo diez días después de que el Pentágono aumentara los esfuerzos de presión contra Nicolás Maduro al apresar un barco de transporte de petróleo crudo.
La operación, que pudo avanzar la agencia Reuters, se produce tras el anuncio del presidente Trump, quien aseguró que Venezuela se enfrentaba a un bloqueo “total” de todos los petroleros sancionados que entran y salen del país sudamericano.
Paralelamente, ciertas embarcaciones que extraen crudo en Venezuela, junto con compañías como la estadounidense Chevron, movilizan petróleo venezolano en sus propias naves aprobadas. En cuanto a los buques petroleros que trasladan crudo del país, así como del crudo de Irán y Rusia, pero que no figuran en el registro de navíos sancionados, el mandatario venezolano instruyó el jueves a la Armada Bolivariana para que les brindara escolta.
Trump se enfoca en la 'flota fantasma' de embarcaciones sancionadas para disminuir los ingresos petroleros de Venezuela
Esta maniobra, que según Washington se conocía y que se contemplarían diversas estrategias, se percibió como peligrosa y una posible antesala de un enfrentamiento directo en aguas internacionales. La estrategia de presión de Trump contra Maduro ha desembocado en más de veinticuatro embestidas contra embarcaciones en el océano Atlántico y el mar Caribe, provocando un mínimo de cien bajas.
Con las recientes incautaciones, Trump buscaría recortar aún más los ingresos de la industria petrolera venezolana, evitando que su “flota fantasma” de petroleros eluda las sanciones energéticas impuestas por Estados Unidos desde el 2019.


