Ryan Holiday,divulgador del estoicismo en redes; presentador de ‘The daily stoic’:

“Empezarás a ser sabio cuando aprendas a hablar con los muertos”

¿Edad? Morimos un poco cada día. Nací en California; trabajé en marketing y descubrir los estoicos en la universidad me cambió la vida como la cambia a quienes yo se los descubro. Casado, dos hijos: mi mujer dice que la estoica es ella y que yo solo escribo de estoicismo. Publico “El obstáculo es el camino”. Foto: Dawson Carrol)

¿Usted difunde estoicos de hace 2.000 años en redes con un sofisticado formato digital?

Solo comparto en redes con millones de personas la sabiduría de Marco Aurelio, Epicteto, Séneca, Zenón o de filósofas como Porcia Catón en competencia con toneladas de interesado contenido basura... Y les fascina.

¿Filosofía griega en el ágora digital?

Zenón de Citio preguntó al oráculo de Delfos cómo ser sabio y le contestó: “Empezarás a ser sabio cuando hables con los muertos”.

¿Eso es la filosofía?

Es hablar con los muertos, los vivos y los que vivirán para darle un sentido a la vida.

La vida no tiene más sentido que el que cada uno de nosotros le dé al compartirla.

Y aquellos estoicos ya dialogaron con otros muertos cuyas ideas seguían y siguen vivas, porque yo todavía alucino cuando me siento más vivo después de leer los pensamientos de alguien que vivió hace 2.000 años.

Por ejemplo.

Séneca decía que la muerte no está al final de la vida, sino que morimos cada día y yo, al leerlo, cambié mi modo de vivir.

Cuéntenos cómo.

Dejé la universidad y la filosofía para trabajar en marketing.

Y denunció las mentiras del marketing, incluidas las suyas, en un libro demoledor.

Moría cada día en ese ejercicio de mentiras, y tras leer a Séneca lo entendí. Hoy vivo en una granja en el desierto de Texas con mi familia. Cada día nos desaparecía un pollo del corral. Quedaban las plumas...

¿Chacales, pumas, lobos?

Me quedé el otro día esperando y lo que salió fue el perro de un vecino a merendarse a mi pollo, y pude salvarlo... ¿Ve? Morimos y vivimos cada día. Aquí en el rancho lo siento.

¿Y los MAGA desde el Pentágono le han prohibido disertar en la Academia Naval?

Le enviaré mi artículo en The New York Times al respecto. Pero es eso de lo que hablamos con los estoicos de hace 2.000 años. Vivimos en un mundo que cada vez controlamos menos y Séneca ya tenía esa sensación en la Roma de Nerón.

Séneca acabó cortándose las venas.

No controlamos lo que nos sucede, pero sí cómo nos lo tomamos y cómo respondemos a lo que nos sucede, y eso es lo que trató de hacer Séneca. No eran superhéroes, solo personas que trataban de gestionar su respuesta a lo que sucedía sin dejarse arrollar por los hechos. Y por eso el estoicismo sigue ayudándonos 2.000 años después: porque es una guía para enfrentarse a la vida y para que los obstáculos sean el camino.

¿A usted le sirve?

A Marco Aurelio su pedagogo le da a leer a Epicteto a los 25 años y a mí mi profesor me dio a leer a Marco Aurelio 2.000 años después y yo lo leo a los deportistas de la NBA y del fútbol y se lo aprenden de memoria.

El tiempo filosófico se colapsa...

Y coincidimos en él Séneca y los entrenadores de la NBA. ¿Cree que son diferentes en sus miedos y angustias de los atletas griegos y romanos? Las cuatro virtudes estoicas son coraje, disciplina, justicia y sabiduría.

¿Para una buena vida?

Sí, siguen siendo las mismas y Marco Aurelio se obsesionaba por servir al bien común.

Gran emperador, pero solo para Roma.

Los estoicos eran personas y hay grandes contradicciones entre sus vidas y cómo trataron de vivirlas y hoy nos pasa lo mismo.

Usted cita la determinación de Obama como ejemplo.

Más allá de la política creo que a nuestros jóvenes hoy les enseñamos mucha técnica, pero no cómo vivir. Y por eso hay millones de lectores jóvenes necesitados de modelos, de guías, de reflexión sobre sus propias vidas.

Su propia vida, tras pasar por el marketing, ¿ha sido muy dura?

Para nada. Soy hijo de un inspector de policía en Sacramento y de la directora del colegio: un niño afortunado que fue la Universidad de California, donde me hicieron leer a los clásicos, entre ellos a Marco Aurelio. Escribí El obstáculo es el camino , porque eso es lo que pensé al leerlo y al tratar de transformarlo en una guía para mi propia vida.

¿Por qué?

Zenón era un mercader que perdió su fortuna en un naufragio, escuchó al oráculo e inició la tradición estoica, de stoa , el pórtico de Atenas donde acostumbraba a enseñar.

¿Y Zenón le enseñó algo a usted?

Recordé su estoicismo cuando mi mujer y yo intentábamos abrir una librería con nuestros ahorros... Y de repente, con toda la inversión hecha con préstamos a plazo fijo, nos confinaron por la covid.

Mala suerte.

Un obstáculo que era un desastre y acabó siendo parte del camino. Para los estoicos son los que te ponen a prueba y te hacen mejorar. Y tener que cerrar la librería sin apenas haber empezado a vender libros nos obligó a repensarla y mejorarla.

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