El lujo de los mejores
La Novia Cadáver, Hotel Transylvania, Spirit, Kung Fu Panda, Madagascar, El príncipe de Egipto, El Dorado, Hormigas... Es difícil no haber visto algún personaje de los Grangel incluso para quienes no gustan del cómic o el cine: los Grangel, de Hospitalet a Hollywood, ya están en el imaginario colectivo de la humanidad. Han creado personajes para Spielberg, que les colocó en su lista manuscrita de los mejores creativos de Europa; Tim Burton, Katzenberg... Sin repetirse ni aceptar una secuela. No se lo hubieran creído cuando llevaban sus dibujos al instituto resignados a trabajar de lo que fuera, porque sus padres artistas ya les habían advertido de que del arte no se podía vivir. Pero lo intentaron con tanto esfuerzo como talento y ahí los tenemos: gozando del lujo de los mejores, que es aceptar crear ya sólo lo que les divierte también a ellos.
¿De Hospitalet a Hollywood y con un Oscar de vuelta?
No nos hemos ido de L.A. Lo que nos negamos a hacer son secuelas. Y, además, nos tiene que entrar el guion. Si no, pasamos de hacerlo y ahora podemos rechazarlos.
¿No se equivocan nunca?
Rechazamos crear Schreck.
¿Error?
No fue un error.
Pues creo que no le fue mal en taquilla.
Pero decidimos que un monstruo que se tiraba pedos y eructos no nos iba. Y ni falta que nos hizo: desde Londres y Los Ángeles pudimos trabajar con Dreamworks en sus mejores 20 años.
¿Cómo empezó todo?
Ni siquiera en Hospitalet. Fue en La Torrasa. Nuestros padres dibujaban y pintaban, pero en una época en que nadie creía que pudieras vivir de eso.
Y ustedes parece que viven de eso.
Hicimos BUP y COU, pero siempre llevando nuestros comics a clase y cambiándolos por otros. A uno le iban los superhéroes y al otro más bien mortadelos y Astérix...
Aquí Bruguera dominaba el mundo.
Trabajamos para Bruguera y Jauja, pero ya estaban a punto de desaparecer por las nuevas tecnologías. Así que tuvimos que buscarnos trabajo en Alemania y en Disney: dibujamos para Winnie the Pooh.
¿Desde Hospitalet?
Y estudiamos animación para cine en una academia del Ensanche; pero nos dimos cuenta de que en charca pequeña no se pescan peces grandes.
¿Aquí no se hacía nada?
Empezaban “Las tres bessones” así que nos fuimos a Londres. Carlos fue, con el dossier del estudio y un cortometraje que había rodado sobre adicciones, a la Universal de Spielberg y nos llamaron al día siguiente. Pero nos dijeron que no se podían llevar ningún proyecto a Barcelona.
¿Se fue usted a Londres, Carlos?
Viví y trabajé allí cinco años en equipo con Jordi desde Barcelona. Hicimos cinco pelis de las que se estrenaron dos, “Un dinosaurio en NY” y “Balto”. Eso es algo normal en el cine de animación.
¿Y después ya fue un no parar?
Pillamos lo mejor de Dreamworks: del 90 al 85 con Spielberg.Nos había llamado un estudio alemán que colaboraba con Warner Bros. y nos encargó una peli, pero en mitad del rodaje nos llaman del equipo Spielberg, quien nos ha incluido en su lista de los 25 mejores animadores europeos.
¿De qué pelis crean los personajes?
“El príncipe de Egipto”, “El Dorado”,”Hormigas”...Después Spielberg y Katzenberg nos quisieron comprar el estudio...
¿Por qué no vendieron?
Porque no queríamos ser exclusivos de nadie. Y esta vez acertamos, porque fue con Netflix con quien ganamos el Oscar por “Pinocho” y con Warner, además, creamos “La novia cadáver” y “El tren de Transilvania” con Sony.
¿Nunca en segundas partes?
Jamás. Colaboramos con “Kung Fú Panda”; “Madagascar”...Pero repetir no nos aporta nada así que no repetimos.
¿Y si la pasta que ofrecen es irrepetible?
Ya nos importa más cuidar y disfrutar lo que hacemos. Ahora mismo estamos en tres pelis más.
¿Netflix y demás plataformas han cambiado todo?
Siguen mandando los grandes estudios y los grandes creativos. Ahora estamos creando personajes para una stop motion , otro modo de crear . Mire, al final, todos necesitan contenidos y es lo nuestro: crearlos.
¿Las series mejor o peor que las pelis?
El problema de las series es que lo quieren fast, fast, fast . Para ya y entonces no hay disfrute creando, sólo prisas así que solemos decirles que no. En cambio, estamos disfrutando con una coproducción brasileña-danesa en la que la historia, por ahora no divulgable, es muy buena.
¿Cuántas horas trabajan al día?
En Londres ,trabajábamos 8 horas al día; en Los Ángeles, de 12 a 14...
¿No se quejó usted, Carlos?
Me dijeron que si quería estar en la NBA era lo que había. Muchos competidores americanos ni me saludaban en el ascensor, porque creían que no duraría... Y aún nos siguen contratando.
¿Cómo y por qué aguantó la presión?
Tienes que tener talento, pero también currártelo mucho. A cambio, te dan lo que necesitas siempre y a tiempo...
¿Por ejemplo?
Cuando creamos Spirit buscamos un caballo así. Y lo encontraron y me lo trajeron y allí lo tuve, como cuando necesité un camello para “El príncipe de Egipto”, y también me lo trajeron. Lo consiguen todo y, además, lo que haga falta se repite 100 veces hasta que no pueda quedar mejor.