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La UPC estrena un laboratorio de realidad virtual para aprender mates desde “dentro”

INNOVACIÓN

Se trata de un aula innovadora de la facultad de Matemáticas, única en España

El decano de Matemáticas, Jordi Guàrdia, probando las gafas virtuales del nuevo laboratorio

Àlex Garcia

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Atrás han quedado las clases en que únicamente se usaba la pizarra y el alumno escuchaba diligentemente al profesor. La realidad virtual lo va a cambiar todo en la docencia. Unas gafas, un ordenador y múltiples aplicaciones pedagógicas capaces de volver concreto lo más abstracto. Hasta las matemáticas.

Así se pudo comprobar ayer en la presentación del “aula infinita” en la facultat de Matemáticas y Estadística de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Los poliedros —figuras geométricas con múltiples caras, como cubos, pirámides o dodecaedros— han dejado de ser simples grafismos dibujados en la pizarra: ahora el alumno puede tocarlos, girarlos, agrandarlos y explorarlos incluso desde su interior, metiéndose dentro de la figura.

La metodología permite convertir en concretos muchos conceptos abstractos de las matemáticas

El nuevo laboratorio de realidad virtual está equipado con 15 estaciones de trabajo, cada una con unas gafas de realidad virtual y un ordenador de altas prestaciones. Además cuenta con una pantalla de 85 pulgadas para que los alumnos presencien los ejercicios.

Cristina Ruiz, estudiante de Ingeniería de Datos en la UPC, destaca lo mucho que mejora la comprensión al poder observar los modelos matemáticos desde diferentes perspectivas. “Cuando te están explicando una función determinada, puedes moverte alrededor de ella y ver exactamente qué ocurre en cada punto del gráfico”, describe. El aprendizaje resultante no es solo más claro, sino también más memorable: “Recuerdas mejor una experiencia con las gafas que en una clase tradicional con pizarra”, añade la estudiante.

Abel Guàrdia, compañero de carrera de Ruiz, insiste en la idea de la comprensión: “Poder girar un poliedro, tocarlo virtualmente y ver cómo cambia según el punto de vista te permite comprenderlo de verdad”.

Algunas figuras geométricas complejas, como ciertos poliedros o superficies topológicas, resultaban hasta ahora difíciles de representar con precisión o de visualizar mentalmente. Esta nueva tecnología permite observarlos desde todos los ángulos e incluso “entrar dentro de ellos”. La misma lógica de inmersión puede aplicarse en otras disciplinas. En ingeniería mecánica se podría simular el desmontaje de un motor paso a paso o inspeccionar piezas desde dentro, sin necesidad de manipularlas físicamente.

Recuerdas mejor una experiencia con las gafas que en una clase tradicional con pizarra

Cristina RuizEstudiante de Ingeniería de Datos en la UPC

Además del impacto revolucionario del aula en los métodos de enseñanza, esta aula infinita está pensada también como plataforma para el desarrollo de nuevas aplicaciones en realidad virtual y aumentada, adaptadas a diferentes disciplinas. “La concepción de esta aula es que cualquier profesor pueda venir con su asignatura y diseñar una sesión adaptada a este espacio”, apunta Jordi Guàrdia, decano de la facultat de Matemáticas y Estadística de la UPC. “No podemos prever todas las aplicaciones que tendrá, pero está claro que serán casi ‘infinitas’”. Guàrdia destaca que este modelo capta la atención del estudiante enseguida.

El laboratorio, único entre las facultades matemáticas españolas, se ha implementado gracias al grado de Diseño Industrial de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú, que ha sido premiado por su innovadora pedagogía. Los profesores de la misma dieron una vuelta a la docencia y en vez de impartir matemáticas desde el inicio, se focalizaron en proyectos. Los estudiantes requerían de conocimientos matemáticos (y de otras disciplinas) para llevarlos a cabo lo que motivaba su aprendizaje. Las aportaciones económicas de los premios se han destinado a sufragar una parte de la nueva aula infinita. Y con infinitas posibilidades. Guàrdia cita al ámbito cultural y artístico. Se pueden visitar las pirámides de Egipto, asistir a un concierto desde el punto de vista del músico o charlar con personajes ficticios como Darth Vader.

Los usuarios pueden ser alumnos en visita escolar o adultos en rehabilitación. Guàrdia recuerda el caso de un estudiante con movilidad reducida que, gracias a la realidad virtual, pudo participar en experiencias que antes le estaban vetadas: explorar monumentos históricos, visitar espacios inalcanzables o asistir a clases sin moverse de la cama. “Estas tecnologías pueden cambiar vidas”, reflexiona el decano.