Era de lo más normal del mundo que nuestras abuelas hicieran un uso recurrente de todo tipo de plantas en sus recetas de cocina, no solo por su sabor, sino también por sus propiedades medicinales. Esta sabiduría popular, transmitida de generación en generación, convirtió a muchas plantas en ingredientes imprescindibles del día a día.
Hasta hoy. El ajetreado modelo de vida que lleva gran parte de la sociedad ha reducido el tiempo y cariño que dedicamos al arte de la cocina, relegando a estas plantas —muy usadas anteriormente— al ostracismo de las despensas.
Para recuperar el hábito de acompañar nuestras recetas con el toque especial y singular de las hierbas y plantas aromáticas, la Universidad de Barcelona ha sumado fuerzas con diversas entidades de investigación y dinamización agroecológica para consolidar un modelo sostenible de gestión de los bosques, fomentar la bioeconomía en el ámbito rural y crear nuevos productos gastronómicos mediante el proyecto «Plantas Olvidadas. Valorización de alimentos forestales para una gestión sostenible del territorio»
El despoblamiento de rural del siglo XX ha conducido a la pérdida de mucho saber popular vinculado a las plantas y sus usos

Producción piloto de flor de sal de madroño y de endrinaen el obrador del colectivo Eixarcolant
Esta iniciativa nace como respuesta al despoblamiento de los ámbitos rurales que se produjo durante el siglo XX y que ha conducido a la pérdida de mucho saber popular vinculado a las plantas y sus usos.
Un informe del año 2019 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advertía que solo treinta especies vegetales constituyen la base alimentaria del 90 % de la población mundial, mientras que, popular y localmente, otras muchas se utilizan y podrían ser relevantes en la seguridad alimentaria a nivel general.
Tal como explica Judit Català, técnica del proyecto, Plantas Olvidadas pretende impulsar de nuevo el uso de recursos alimentarios de los bosques, muy interesantes y positivos desde el punto de vista nutricional. Entre sus principales objetivos, el proyecto quiere desarrollar modelos de gestión forestal que potencien la biodiversidad y la resiliencia climática, favorecer el vínculo entre la población y los recursos naturales del territorio y promover el aprovechamiento alimentario forestal.
Plantas Olvidadas
Plantas Olvidadas se ha centrado en recuperar cinco especies forestales: el escaramujo (Rosa spp.), la endrina (Prunus spinosa), el madroño (Arbutus unedo), la piña verde de pino (Pinus spp.) y la bellota (Quercus ilex). Actualmente, la fase de las actuaciones forestales y la recolección de los frutos que se desea aprovechar están prácticamente finalizadas. Además, se han desarrollado más de 125 prototipos de productos alimenticios, entre los que destacan la vinagreta de endrina, la salsa picante de madroño o las galletas de bellota. A partir de más de cincuenta catas críticas —con las que se han obtenido más de 13.000 valoraciones— y de una cata con profesionales del sector gastronómico, de entre todos los prototipos se han seleccionado treinta productos de acuerdo con criterios como la aceptación que han tenido en cata, la viabilidad y rentabilidad del producto, el potencial de mercado, el grado de innovación o la vida útil del producto.
Durante 2025 se está llevando a cabo la producción y comercialización piloto de los treinta productos escogidos, lo que permitirá validar su potencial para impulsar una bioeconomía forestal y evaluar si son viables comercialmente.
De cara al futuro, el proyecto Plantas Olvidadas, que acabará a finales de 2025, ya está sentando las bases para su continuidad más allá del periodo de ejecución. Actualmente, se están llevando a cabo jornadas formativas dirigidas a los sectores forestal y alimentario y a las administraciones públicas, con el objetivo de fomentar la reproducibilidad del proyecto, tanto en Cataluña como en otros territorios del Estado.