Una dieta equilibrada, un estilo de vida sano y hábitos diarios saludables son importantes para un buen estado de salud en el embarazo. Por lo tanto, establecer hábitos nutricionales óptimos durante el embarazo, la lactancia y las primeras etapas de la vida es decisivo para la salud y el bienestar de la madre y el bebé.
Por eso, la dieta mediterránea, rica en fibra, proteínas vegetales y grasas saludables, beneficia la salud materna durante la gestación y el periodo de lactancia. Además de mejorar la función intestinal y la inmunidad de la mucosa, también evita la acumulación de grasas y optimiza la composición de la microbiota en el sistema digestivo. En los bebés, este patrón dietético materno ayuda a reducir la incidencia y gravedad de las infecciones.
Una dieta similar a la mediterránea tiene efectos beneficiosos en los periodos de gestación y lactancia, y mejoran la salud materna
Estas son algunas de las conclusiones principales de dos estudios publicados en la revista eBioMedicine, llevados a cabo con el apoyo de La Marató de TV3 (2017) y dirigidos conjuntamente por Francisco José Pérez-Cano, profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona y director del Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA-UB), ubicado en el Campus Torribera de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, y la experta M. Carmen Collado, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC).
Sin embargo, pese a que numerosos estudios demuestran los beneficios que tiene una dieta rica y saludable en la salud de la madre y del bebé, aún no se conocen bien los mecanismos asociados que vinculan la dieta materna a los resultados de salud de madres e hijos.

El equipo dirigido por Francisco José Pérez-Cano, profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona
Por eso, la profesora María José Rodríguez Lagunas, miembro del equipo investigador del proyecto y del Departamento de Bioquímica y Fisiología de la UB, afirma que es “crucial” comprender cómo la dieta materna influye en la fisiología de la madre y de los hijos, “ya que sus efectos se extienden a resultados a corto y largo plazo tanto para la madre como para la criatura”, argumenta.
Para poner luz sobre esta cuestión, en un primer estudio a nivel preclínico, el equipo investigador comparó los efectos de dos dietas diferentes —consumidas por las madres durante la gestación y la lactancia— en la composición de la microbiota, la inmunidad y el metabolismo de los lípidos: la dieta D1, similar a la mediterránea, rica en fibra y proteína vegetal, y la D2, una dieta occidental, más rica en proteína y grasas de origen animal. Durante la intervención nutricional, se analizaron diversas muestras biológicas para examinar los efectos de cada dieta en la barrera epitelial, el metabolismo lipídico, la composición de la microbiota, los metabolitos y la inmunidad.
Una dieta materna rica en proteínas vegetales reduce la gravedad y la incidencia de las infecciones en la descendencia
En un segundo estudio demostraron que la primera opción, una dieta materna rica en proteínas vegetales, fibra y ácidos grasos poliinsaturados, reduce la gravedad y la incidencia de las infecciones en la descendencia gracias al efecto modulador de la microbiota intestinal en el sistema inmunitario.
El estudio, realizado con bebés y modelos animales, analizó el efecto de la dieta materna en la salud de la descendencia y refuerza la importancia de la nutrición materna durante el embarazo y la lactancia para reforzar la salud infantil.
La dieta materna se perfila como factor clave en la composición de los elementos defensivos de la leche durante la lactancia
En este contexto, la influencia de la dieta materna se perfila como factor clave en la composición de los elementos defensivos de la leche durante la lactancia. Como elementos esenciales, la inmunoglobulina A (IgA) de la leche humana y la diversidad de la microbiota demuestran su papel protector frente a las infecciones de los lactantes.
Aun así, pese a estos importantes descubrimientos, los expertos M. Carmen Collado y Francisco José Pérez-Cano condicen en que, en el futuro, “será necesario ampliar las investigaciones para obtener conclusiones más sólidas y comprender mejor los mecanismos implicados en la relación entre la dieta materna, los componentes bioactivos de la leche materna, la microbiota infantil y la inmunidad infantil”.