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La combinación de dos fármacos que combaten el riesgo cardiovascular también podría ayudar a tratar la enfermedad más frecuente del hígado

Investigación UB

Una investigación de la UB revela que la acumulación de grasa en el hígado se reduce en modelos animales de enfermedad hepática metabólica gracias al uso de dos medicamentos aprobados para otras patologías

El hígado graso es una acumulación anómala de grasa en este órgano 

iStockphoto

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La enfermedad hepática metabólica es la patología del hígado más común en el mundo; afecta a un tercio de la población adulta aproximadamente. Este es un trastorno que se caracteriza por la acumulación de grasa en las células del hígado, lo que tiene consecuencias hepáticas graves y que también está relacionado con un elevado grado de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Ahora, un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en la revista Pharmacological Research muestra que el pemafibrato y el telmisartán, dos fármacos ya aprobados para otras patologías, reducen de forma efectiva la acumulación de grasa en modelos animales de laboratorio con enfermedad hepática metabólica. Además, la investigación sugiere que esta combinación de medicamentos podría contribuir a la disminución tanto de la afectación hepática como de las complicaciones cardiovasculares asociadas. Estos resultados abren la puerta al desarrollo de tratamientos más seguros y efectivos para esta enfermedad, para la que las opciones terapéuticas actuales son muy limitadas.

La enfermedad hepática metabólica afecta a un tercio de la población adulta

Hasta ahora, la mayoría de los compuestos nuevos estudiados para el tratamiento de la enfermedad hepática metabólica (MASLD) —antes conocida como enfermedad del hígado graso— han fracasado en ensayos clínicos por diversos motivos, entre los que destacan los problemas de seguridad. En ese contexto, la reutilización de fármacos con un perfil de efectos adversos ya conocido y aceptable en humanos se presenta como una estrategia atractiva, segura y más económica. Este reposicionamiento terapéutico resulta especialmente interesante en las fases iniciales de la enfermedad, generalmente asintomáticas.

En concreto, los investigadores han analizado el potencial de reutilización contra la MASLD de la administración única o combinada de un fármaco reductor de lípidos (el pemafibrato) y un antihipertensivo (el telmisartán), ambos comercializados —el primero solo en Japón— para el tratamiento de patologías relacionadas con el riesgo cardiovascular: hiperlipemia e hipertensión, respectivamente. “La mortalidad por causas cardiovasculares es muy importante en los pacientes con MASLD, y con frecuencia estos pacientes presentan también estos dos factores de riesgo conjuntamente”, subraya Alegret.

Arriba, de izquierda a derecha, Juan Carlos Laguna, Patricia Ramírez y Roger Bentanachs. Abajo, de izquierda a derecha, Marta Alegret y Núria Roglans

UB

Para confirmar la eficacia de los fármacos y explorar su mecanismo de acción, los investigadores los han aplicado a un modelo de rata de la enfermedad y, posteriormente, a un modelo de larvas de pez cebra. “En los últimos años, el pez cebra ha emergido como un modelo alternativo interesante que facilita el estudio de la fisiopatología de la MASLD y la evaluación de tratamientos. Se trata de modelos más sencillos y económicos que permiten obtener resultados más rápidamente y que, aunque están alejados de los humanos, presentan un metabolismo de carbohidratos/lípidos y una fisiología hepática similares a los de los mamíferos”, detalla la catedrática de la UB.

Los resultados muestran que la combinación de ambos fármacos revierte la acumulación de grasa en el hígado inducida por una dieta rica en grasas y fructosa. Además, se ha observado que, en el modelo de rata, la administración combinada de media dosis de pemafibrato y media de telmisartán es igual de eficaz que la dosis completa de cualquiera de los dos fármacos a la hora de reducir la acumulación de grasa.

Para que se pudiera traducir en un tratamiento para pacientes serían necesarios estudios clínicos que demostraran que los beneficios observados en los modelos animales

Marta AlegretCatedrática de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB

El estudio también ha comprobado que cada fármaco actúa con mecanismos distintos y describe, por primera vez, el papel clave de la proteína PCK1 en la reducción de los lípidos hepáticos derivada del telmisartán. “El telmisartán es un fármaco que ya se había utilizado en otros modelos de MASLD, pero sobre todo en fases más avanzadas de la enfermedad, y sus efectos beneficiosos se habían atribuido principalmente a efectos antiinflamatorios y antifibróticos. Pero en las fases iniciales de la enfermedad no existe todavía inflamación ni fibrosis, solo acumulación de lípidos”, explica la investigadora.

A pesar de estos prometedores resultados, los investigadores apuntan que, al tratarse de un estudio con modelos animales, todavía están lejos de los pacientes. “Para que se pudiera traducir en un tratamiento para pacientes con MASLD, serían necesarios estudios clínicos que demostraran que los beneficios observados en los modelos animales se producen también en el ser humano”, subraya Marta Alegret.