Identifican los mecanismos que provocan la pérdida de equilibrio en el oído interno

Investigación UB

La investigación apunta nuevas vías para el diagnóstico precoz y abre la puerta al desarrollo de tratamientos que eviten la pérdida irreversible de las células del equilibrio

Imagen de recurso de una oreja.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Biomedical Science, pueden contribuir a mejorar el diagnóstico precoz y el tratamiento de la ototoxicidad vestibular crónica 

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Un equipo de investigadores de la Universitat de Barcelona y del IDIBELL ha descrito por primera vez los procesos genéticos que activan la degradación de las células responsables del equilibrio cuando se exponen durante tiempo prolongado a antibióticos o fármacos anticancerígenos.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Biomedical Science, pueden contribuir a mejorar el diagnóstico precoz y el tratamiento de la ototoxicidad vestibular crónica, una patología a menudo infradiagnosticada y que afecta a la calidad de vida de quien la padece.

Solo tenemos las células ciliadas con las que nacemos: si se pierden, se pierde también la función de equilibrio”

Jordi LlorensCatedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB

El sistema vestibular, situado en el oído interno, controla el sentido del equilibrio y la percepción del movimiento. Cuando determinados medicamentos –como algunos antibióticos de la familia de los aminoglucósidos o anticancerígenos como el cisplatino– se administran durante períodos largos, pueden dañar las células ciliadas que forman parte de este sistema. Este deterioro provoca síntomas como mareos, visión borrosa en movimiento, problemas de orientación o dificultades para andar o montar en bicicleta.

“Solo tenemos las células ciliadas con las que nacemos: si se pierden, se pierde también la función de equilibrio”, explica Jordi Llorens, catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB y jefe del estudio, en colaboración con el Instituto de Neurociencias de la UB.

Detección precoz para evitar daños irreversibles

Mediante un análisis de expresión génica a partir de técnicas de RNA-Seq, el grupo investigador ha observado cómo las células ciliadas modifican su actividad genética en las primeras fases de la intoxicación. Durante esta etapa inicial se reduce la expresión de los genes que mantienen la identidad y función de estas células, un paso que antecede su deformación y posterior expulsión del tejido sensorial.

“Las células dejan de enviar información al cerebro, pero si se detiene la exposición al tóxico a tiempo, la conexión se puede recuperar”, destaca Llorens. Esto refuerza la importancia de detectar el proceso en las primeras fases, cuando todavía es reversible.

El daño es reversible en fases iniciales si se detiene el tratamiento ototóxico

El estudio también identifica un gen, Vsig10l2, que se ve significativamente alterado en todos los modelos analizados y que podría servir de biomarcador para el diagnóstico de la ototoxicidad crónica en ensayos clínicos.

Además, los investigadores han comprobado que la respuesta celular frente a la degradación es la misma pese a utilizar tóxicos diferentes y en especies animales distintas. “No es un efecto de una sustancia concreta, sino una respuesta básica de las células ciliadas ante el estrés sostenido”, remarca el investigador.

Los investigadores señalan que los resultados podrían aplicarse a otras patologías con pérdida vestibular

Este mecanismo podría tener relación con otras patologías que cursan con pérdida progresiva de función vestibular, incluida la que se produce con la edad o en pacientes con schwannoma vestibular, tumor asociado al nervio del equilibrio y audición. El equipo ya trabaja en esta línea en el marco de un proyecto financiado por La Marató de TV3.

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