La presencia de la caña en los ríos podría beneficiar a algunas especies de peces
Investigación UB
Un estudio de la Universidad de Barcelona demuestra que, en ciertos ecosistemas mediterráneos, la Arundo donax mejora las condiciones del hábitat acuático
El equipo analizó más de 300 puntos de muestreo en catorce arroyos del noreste de España, donde esta especie es especialmente abundante
La caña común (Arundo donax), considerada una de las cien especies invasoras más dañinas del planeta, podría tener un papel menos negativo de lo que se creía en algunos ecosistemas fluviales.
Un estudio publicado en la revista Science of The Total Environment, liderado por el profesor Alberto Maceda, del Grupo de Investigación FORESTREAM de la Facultad de Biología y el Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universitat de Barcelona, sugiere que su presencia puede favorecer a las poblaciones de peces en determinadas condiciones ambientales.
En algunos tramos de los ríos mediterráneos, la caña ofrece sombra y refugio a los peces autóctonos
La investigación, que también cuenta con la colaboración del Instituto de Investigación del Agua de la UB, la Universidad Austral de Chile, la Universidad de Melbourne y el Instituto Arthur Rylah de Investigación Ambiental (Australia), ofrece una nueva mirada sobre esta especie invasora y su relación con los ecosistemas fluviales mediterráneos.
Refugio y sombra en ríos con poca vegetación
Aunque la expansión de la caña puede alterar gravemente los hábitats naturales y desplazar la vegetación autóctona, el estudio señala que en algunos tramos bajos y medios de los ríos mediterráneos esta planta es la única que alcanza una altura suficiente como para proporcionar sombra y refugio a los peces.
“En ciertas zonas, la caña es prácticamente la única planta alta disponible y ofrece hábitats muy valiosos para las especies acuáticas”, explica el profesor Maceda, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.
El estudio analizó más de 300 puntos de muestreo en catorce arroyos del noreste peninsular
El equipo analizó más de 300 puntos de muestreo en catorce arroyos del noreste de España, donde esta especie es especialmente abundante. En esos entornos habitan peces autóctonos como el barbo colirrojo (Barbus haasi) y el barbo de montaña (Barbus meridionalis), junto con especies exóticas como la carpa común o el alburno.
El análisis de los indicadores ecológicos —como la diversidad funcional, la riqueza taxonómica o la condición corporal de los peces— muestra que la presencia de la caña puede tener efectos positivos sobre la riqueza de especies nativas y su estado físico. Sin embargo, también se observan efectos negativos sobre la diversidad funcional del ecosistema, probablemente debido a la homogeneización del hábitat.
Eliminar la caña no siempre garantiza beneficios ecológicos si no se tienen en cuenta las relaciones entre peces y hábitat”
Los resultados apuntan, además, a que el impacto de la caña depende de las condiciones locales de cada río. “El efecto de Arundo donax puede cambiar de dirección según el contexto ambiental”, señala Maceda.
El estudio concluye que eliminar completamente la caña no siempre garantiza resultados ecológicos positivos. “Sin ignorar las amenazas que supone una especie invasora, debemos considerar las interacciones que ya existen entre los peces y su hábitat”, subraya el investigador.