La UB aprueba un nuevo Estatut que redefine su futuro y refuerza la autonomía universitaria

Nueva etapa

Un texto renovado y ampliamente apoyado establece un modelo institucional más ágil, inclusivo y alineado con los retos del siglo XXI

Intervención del párroco durante el Claustro.

Intervención del párroco durante el Claustro

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En una jornada calificada de “histórica”, la Universitat de Barcelona aprobó ayer su nuevo Estatut, un texto que quiere situar a la institución al frente de los retos académicos, sociales y científicos del siglo XXI. El articulado, que ha recibido un apoyo muy amplio del Claustro -156 votos a favor, 6 en contra y 6 en blanco- se eleva ahora al Govern de la Generalitat para su validación definitiva.

El proceso de redacción, que se ha alargado más de dieciocho meses, ha sido profundamente participativo y ha contado con representantes del personal docente e investigador (PDI), del personal técnico, de gestión, administración y servicios (PTGAS) y del alumnado.

El nuevo Estatut fue aprobado con un apoyo muy amplio del Claustro: 156 votos a favor y solo 6 en contra

Esta reforma responde al mandato de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), pero también a la voluntad de la UB de actualizar sus objetivos y dar un salto cualitativo en gobernanza, investigación, docencia y compromiso social.

El rector Joan Guàrdia subrayó durante el Claustro que el texto aprobado refleja “la más alta expresión de la autonomía universitaria” y que define una renovada forma de concebir la institución: “Hemos hecho un estatuto muy diferente al resto de universidades, un ejercicio de tolerancia y responsabilidad. El documento nos permitirá hacer cosas que no se habían hecho antes y avanzar colectivamente en tiempo de incertidumbre”.

El Estatut ha obtenido un gran apoyo

El Estatut ha obtenido un gran apoyo

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En la misma línea, la vicerrectora de Organización y Gobernanza, Elena Lauroba, remarcó que el nuevo Estatut “nos ayudará a cumplir las misiones encomendadas en un contexto convulso y cambiante”.

En definitiva, el texto consolida la docencia como pilar identitario de la UB, con la presencialidad como elemento central, pero incorporando modalidades híbridas para ampliar el alcance y la internacionalización del alumnado. Por lo que respecta a la investigación, se ordenan las funciones de los diferentes actores implicados, se da visibilidad a los departamentos y se fortalece el papel de las facultades y de los institutos de investigación en la definición de políticas estratégicas. El objetivo es reforzar una universidad intensiva en investigación que ya destaca en los principales rankings internacionales.

El PTGAS incrementa su representación en los órganos de gobierno, pasando del 10% al 14%

Además, una de las novedades destacadas es el aumento del peso del PTGAS en los órganos de gobierno, que pasa del 10% al 14%, así como la previsión de un futuro Estatuto propio del colectivo. Este cambio busca reforzar la participación y mejorar la definición de la carrera profesional.

Y, por primera vez, el texto incorpora de forma explícita los mecanismos adecuados de resolución de controversias (MASC), promoviendo la mediación y otras vías alternativas antes de recurrir a procedimientos disciplinarios. Su voluntad es fomentar un clima universitario basado en el diálogo y la convivencia saludable.

Con esta reforma, la UB abre una nueva etapa institucional que quiere garantizar continuidad, transparencia y capacidad de respuesta frente a los retos educativos, sociales y científicos de las próximas décadas.

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