No es la misma Virgen. Es la queja unánime de los devotos de la Macarena de Sevilla que, desde el fin de semana, llevan denunciado el resultado de los trabajos de conservación realizados sobre la talla por parte del taller del profesor Francisco Arquillo Torres, unos ‘retoques’ que este mismo martes han provocado la dimisión del mayordomo y el prioste de la talla de Nuestra Señora de la Esperanza.
Unas pestañas excesivamente largas y mal colocadas y la desaparición del tono rojizo en las mejillas han tenido como resultado un cambio drástico en la expresión de la talla, una situación que ha provocado la indignación de centenares de vecinos que han alzado la voz, a golpe de tweet y mediante concentraciones ante las puertas de la Basílica, denunciando que ya no reconocen a su Virgen. “Le han quitado el alma”, “ya no llora igual” o “parece otra” son los comentarios que más se repiten estos días y que inciden en la pérdida del dramatismo original que hacía única esta talla, atribuida al escultor Juan de Mesa.
Los fieles siguen divididos sobre el resultado de los trabajos que, aunque en principio parecían ceñidos a las pestañas colocadas a la imagen, al final creen que han ido más allá. EFE /Julio Muñoz
Ante las notables diferencias de la imagen, observadas el sábado por los devotos una vez la Virgen se exponía al culto y que provocó en la misma jornada dos nuevos trabajos exprés de rectificación, los fieles exigían dimisiones en la junta. La Hermandad ha reconocido esta misma mañana que, a cuenta de la situación suscitada por el “efecto estético no deseado” en el rostro de la imagen durante los trabajos de conservación de la misma y la “errónea” decisión de reponerla al culto cuando aún persistía dicha alteración, se han producido estas dos bajas, además de confirmar que será el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) quien se encargue de supervisar el trabajo final sobre la talla.
La Hermandad reconoce su “error” y pide perdón por “el daño moral y devocional causado”
Los trabajos de mantenimiento de la imagen se hacían necesarios con el fin de corregir el deterioro de la imagen por el paso del tiempo, unas labores que iban a centrarse en “elementos superficiales”, según se les trasladó a los hermanos. Sin embargo, muchos de ellos apuntan a que más que trabajos de mantenimiento se ha llevado a cabo una restauración que no estaba contemplada, lo que pone el foco en la “falta de transparencia” por parte de la junta.
En un extenso comunicado emitido por la Hermandad tras la celebración de una reunión extraordinaria, se explica que la alteración en el rostro de la Virgen se ha producido por un problema con el adhesivo de unas pestañas colocadas a última hora, lo que modificó parcialmente la expresión facial. La decisión de exponerla nuevamente al culto sin que se hubiera estabilizado su aspecto desencadenó fuertes críticas por parte de fieles, expertos y el entorno cofrade.
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El sábado 21 de junio, al persistir el efecto, la hermandad activó una intervención de urgencia, ejecutada por el imaginero Esteban Sánchez Rosado y bajo la supervisión del conservador de bienes muebles de la corporación. Durante tres días, la imagen fue expuesta en veneración extraordinaria, mientras en los alrededores de la basílica se producían concentraciones de fieles en rechazo a lo ocurrido y en demanda de responsabilidades.
La junta ha asumido públicamente errores en la gestión del proceso y ha pedido “perdón a los hermanos y devotos por el daño moral y devocional” causado. Además, ha anunciado que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) supervisará técnicamente los trabajos restantes y que, una vez concluido el análisis final, se convocará un cabildo general extraordinario para evaluar responsabilidades y posibles medidas.
El obispo de Sevilla llama a la unidad y al perdón: “errar es humano”
Por su parte, el obispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha instado a los devotos de la Virgen de la Macarena a mantenerse “unidos” e insta a “perdonar”, a tras la situación suscitada por los trabajos de conservación que han provocado malestar entre los hermanos de la cofradía sevillana.
Según ha trasladado Monseñor Saiz Meneses en su cuenta de X, “errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”, citando a Alexander Pope. En este sentido, el obispo ha señalado que “María Santísima de la Esperanza Macarena nos quiere unidos, como hermanos, como hijos suyos, mirando al futuro, caminando en la verdad y el bien”.
Sea como fuere, la restauración de la Macarena ha derivado en una crisis institucional inesperada, con dimisiones que revelan el nivel de conflicto interno. La hermandad queda ahora ante el reto de reconstruir la confianza con su base devocional y con el conjunto de la ciudadanía sevillana, mientras se reabre el debate sobre cómo preservar, sin desvirtuar, el alma de las imágenes más queridas del patrimonio religioso español.
