Un hombre de 35 años, vecino de un pueblo de Orense, podrá acceder a una herencia millonaria tras demostrar que es hijo de un empresario fallecido en 2011, gracias a una prueba de ADN obtenida de la saliva de su abuelo, recogida del suelo de una calle por un detective privado.
El abogado del demandante, el sevillano Fernando Osuna, explicó a EFE que la demanda se presentó después de que el hombre supiera que era hijo de este empresario, quien murió a los 65 años sin reconocerle nunca como su hijo biológico ni permitirle acceder a la herencia.
La madre del demandante residía habitualmente en un municipio de Orense, mientras que el empresario vivía en México, donde desarrollaba gran parte de sus negocios, aunque solía pasar las vacaciones en el municipio gallego.
Según Osuna, ambos pertenecían a la misma pandilla de amigos y su relación evolucionó hasta formalizarse en noviazgo, momento en el que ella descubrió que estaba embarazada. Después de esa conversación, perdió todo contacto con él.
Además, la familia del empresario rechazó a la madre del niño y llegó a amenazarla con llevarse al bebé a México si una prueba de paternidad confirmaba que era hijo del empresario, por lo que decidió ser madre soltera.
Años más tarde, para aclarar la situación y obtener una prueba de paternidad, el demandante contrató al bufete sevillano y a un despacho de detectives privados. Tras investigaciones y seguimientos al presunto abuelo paterno, lograron obtener una muestra de saliva cuando este escupió en la calle.
La muestra fue protegida, preservada y enviada al laboratorio con la cadena de custodia adecuada, donde se analizó y se confirmó la relación biológica entre abuelo y nieto.
Durante el proceso judicial, el juez citó al abuelo para repetir la prueba de ADN en sede judicial, pero éste se negó a acudir. Sin embargo, existen sentencias del Tribunal Supremo que establecen que, si hay pruebas suficientes, “la negativa del demandado permite al tribunal hacer dicha declaración con plena certeza”.
Finalmente, el demandante fue declarado oficialmente hijo del empresario y podrá acceder a la herencia que dejó. Por su parte, el abuelo ha sido condenado a pagar las costas del proceso judicial.