La Fiscalía Superior de Andalucía ha comunicado esta misma mañana que va incoar diligencias sobre la presunta manipulación de mamografías sacudiendo, una vez más, los cimientos del Gobierno andaluz. El nuevo procedimiento se suma a la investigación abierta hace apenas 24 horas antes por un posible “defectuoso funcionamiento” del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y una supuesta dejación de funciones que habría puesto en riesgo la salud de miles de mujeres.
La presidenta de la asociación Amama, Angela Claverol, acompañada de mujeres afectadas, presentaba este martes una denuncia contra la Junta ante Fiscalía por presuntas irregularidades en el cribado de cáncer de mama
Con esta segunda actuación, el Ministerio Público amplía el foco sobre una crisis que ya trasciende lo sanitario para convertirse en un desafío político, justo cuando el Ejecutivo de Juanma Moreno ha optado por endurecer su discurso frente a lo que considera una campaña de descrédito orquestada por las izquierdas andaluzas en colaboración con la asociación Amama, que destapó el caso. Es el nuevo consejero de Salud designado por el presidente de la Junta, Antonio Sanz, quien trata de capear la tormenta.
El nuevo procedimiento se pone en marcha tras la denuncia presentada el pasado martes por la asociación Amama, que solicitó la intervención o copia de los servidores del SAS “para evitar la destrucción o manipulación de pruebas”. La entidad asegura haber recibido en las últimas semanas múltiples quejas de usuarias que detectaron “borrados o alteraciones” en sus mamografías y pruebas médicas tras la caída del sistema ClicSalud+ el pasado 21 de octubre. De hecho, su presidenta, Ángela Claverol, explicaba que algunas mamografías habían sido alteradas: “Donde ponía ‘lesión sospechosa’ ahora figura ‘probablemente benigna’, y algunas ecografías han desaparecido de los historiales”, señalaba.
Garantizo que en el SAS no se manipulan ni se borran imágenes”
Sanz ha considerado “lógica y coherente” la actuación del Ministerio Público y ha asegurado que la Junta “tiene la respuesta preparada”. Sin embargo, como ya lo hiciera durante la jornada parlamentaria de este jueves el jefe del Ejecutivo, ha negado “tajantemente” que se hayan borrado historiales clínicos o manipulado imágenes médicas en la plataforma de ClicSalud+. “Garantizo que en el SAS no se manipulan ni se borran imágenes”, ha señalado, toda vez que ha insistido en que lo que ocurrió el pasado 21 de octubre, cuando la plataforma colapsó durante varias horas, fue “una incidencia puntual” que no ha implicado “ni pérdida ni alteración de datos”. “Tenemos muy claro cuáles son las afectadas, cuántas son, y con todas nos comprometimos a que antes del 30 de noviembre tendrán las pruebas realizadas”, explicaba, mientras volvía a parapetarse en el plan de choque puesto en marcha en esta crisis, unas acciones que cuentan con una inversión de 12 millones de euros y que contempla la contratación de 119 nuevos profesionales.
En su intervención, el consejero de Salud también ha criticado durante a la asociación. Siguiendo con la línea de Moreno, acusa a la entidad de “alimentar la alarma” social llevando el caso a la Fiscalía, algo que considera “una falsedad”. “Por cuatro votos no se puede jugar con la vida de los andaluces”, le ha reprochado el consejero, que pidió “respeto” para los profesionales sanitarios y acusó a la oposición de “cruzar todas las líneas rojas” al insinuar una posible manipulación de pruebas.
Amama no estará en la comisión de seguimiento
Este cruce de acusaciones entre Gobierno y asociación ha tensado, aún más, las relaciones entre ambos y ha provocado que Amama no esté presente en la comisión de seguimiento del plan de choque del cribado de cáncer de mama que se constituye hoy. La justificación de esta ausencia por parte de la organización, tal y como ha aclarado Claverol, es que “hacemos las cosas con rigor, no con un ‘aquí te pillo, aquí te mato’. No sabemos ni para qué nos sentaríamos ni con quién”. “No podemos traicionar a las mujeres para ir a una reunión exprés. Cuando termine nuestra campaña, nos sentaremos, pero en los términos adecuados y siempre acompañadas de nuestro abogado”, ha indicado.
Desde Salud, Sanz ha insistido en que “todas las asociaciones merecen apoyo y respeto” y aseguró que “hasta en cinco ocasiones” se ha invitado a Amama a participar en distintos encuentros. “No voy a polemizar con nadie. Estamos en una nueva etapa para consolidar el apoyo a la sanidad pública y reforzar la confianza de las mujeres”, ha declarado el titular de la cartera.
Se agrava la crisis política
La apertura de esta segunda investigación judicial llega en el momento más delicado de la legislatura para el Gobierno de Juanma Moreno. Apenas un día antes, el Parlamento andaluz había rechazado crear una comisión de investigación sobre los fallos del programa de cribado, lo que encendió aún más la tensión política y social.
El presidente Moreno cada vez está más acorralado por la magnitud del escándalo, si bien se mantiene firme en la defensa de su gestión y confiado en la capacidad de Sanz para hacer frente al temporal. Pero los problemas se amontonan, y lo que comenzó como “un fallo técnico” se ha convertido ya en una crisis política y sanitaria sin precedentes que podría poner entre las cuerdas la estabilidad del Ejecutivo y el liderazgo del popular.
La crisis de las mamografías escala a nivel nacional: El PP abandona el Consejo de Sanidad
La grave crisis sanitaria y política que azota a la Junta de Andalucía por la presunta manipulación de mamografías ha trascendido ya las fronteras autonómicas, provocando una ruptura total en el principal foro de coordinación sanitaria del país.
Este viernes, los consejeros de Sanidad de todas las comunidades gobernadas por el Partido Popular han abandonado en bloque la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), acusando al Gobierno central de “utilización partidista y sectaria” de este órgano.
Los populares señalan directamente la gestión de la crisis andaluza y la manipulación “unilateral” de acuerdos técnicos sobre cribados como ejemplo de la “deriva” del Ministerio, poniendo la prioridad política por encima de la lealtad institucional.
El CISNS, concebido como un espacio de consenso, se ha transformado, según los consejeros del PP, en un “instrumento de imposición y confrontación”. La crisis de las mamografías en Andalucía, por la que la Fiscalía ya ha abierto dos investigaciones, se convierte así en el detonante de un cisma político que pone en jaque la coordinación del sistema de salud a nivel nacional.
La gestión del Gobierno, bajo lupa
Fuera del Parlamento, el descontento no cesa. Las concentraciones ante los hospitales de Sevilla, Cádiz y Málaga se multiplican, convocadas por colectivos feministas, sindicatos y plataformas de pacientes. “No queremos excusas, queremos respuestas”, se leía este jueves frente al Hospital Virgen del Rocío, epicentro del escándalo.
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha pedido una auditoría independiente de todos los programas de cribado (mama, cérvix y colon) y ha ofrecido al Ministerio de Sanidad su colaboración para evaluar el impacto del fallo. Desde el Gobierno central se insiste en la necesidad de “transparencia y coordinación entre administraciones” para garantizar que algo así no vuelva a ocurrir.
Mientras la justicia avanza y la política se atrinchera, el Gobierno andaluz atraviesa el momento más crítico de la legislatura. La gestión del cribado de cáncer de mama ha puesto en cuestión la fortaleza de la sanidad pública y la capacidad de respuesta del Ejecutivo ante una crisis que ya ha calado en la calle. Cada comparecencia, cada decisión y cada palabra son observadas con lupa en un contexto donde la desconfianza crece al mismo ritmo que la indignación social. El caso de las mamografías ha dejado de ser un fallo técnico para convertirse en un símbolo del desgaste institucional y del pulso que vive hoy Andalucía entre la sanidad pública y la política.