Un pequeño olivo, que con el tiempo crecerá, luce desde este lunes en un modesto parque de l’Hospitalet de Llobregat, frente al Club d’Esplai Bellvitge. Fue allí donde nació, para después extenderse por toda Catalunya, Fundesplai, actualmente con 143 esplais y proyectos de ocio educativo, que prestan servicio a 23.610 niños y niñas gracias a un total de 2.674 monitores.
Uno de los que plantó aquella primera semilla fue Josep Gassó, presidente de la fundación, fallecido durante el pasado mes de diciembre. Y este lunes el barrio por el que tanto luchó, Bellvitge, le hizo un emotivo y alegre homenaje coincidiendo con los días de su fiesta mayor.
Instante de la fiesta de homenaje, frente al Club d'Esplai Bellvitge
Cuando fundó aquel esplai, el primer centro de ocio educativo diario, seguro que Gassó atisbaba utópico que el proyecto creciera tanto. Pero bajo el olivo hay una placa conmemorativa con una frase que el pedagogo solía decir: “Las utopías son sueños que convertimos en realidad”.
Manolo Cascos llegó desde Córdoba con 11 años y fue atendido por Pepe, apodo por el que le conocía todo el mundo en el barrio, cuando un joven Gassó ejercía de monitor. Después se enroló en el crecimiento del centro de Bellvitge y de todo Fundesplai. “La idea era que el ocio educativo debía profesionalizarse”, recuerda. Para ello, tenían claro que se necesitaban entidades educativas bien estructuradas y que solos no conseguirían nada, que necesitaban alianzas.
Núria Valls es la actual presidenta de Fundesplai. “Me enseñó a tener visión estratégica, la tenacidad y que las cosas son posibles”, asegura. Relevarle, dice, es “un reto y una responsabilidad”. Enarbola una lista de retos: “Educación sin dejar a las escuelas solas, luchar contra la pobreza infantil, acoger a la inmigración, fomentar la formación de los jóvenes y darles un horizonte de esperanza”. Pese a que la sociedad ha cambiado, se asemejan a los de su predecesor.
“Sus valores se fueron transmitiendo en este club, en este parque, como un efecto mariposa”, recuerdan sus hijas
“Era un convencido de que el ocio educativo es una de las herramientas más potentes para transformar la sociedad y generar igualdad de oportunidades”, observa el alcalde de l’Hospitalet, David Quirós, que también participó en el homenaje.
Sus hijas Núria y Mireia recuerdan que su padre “vivía con la ilusión en las manos y nos la contagiaba”. Para ellas, “sus valores se fueron transmitiendo en este club, en este parque, como un efecto mariposa”.

