El recinto ferial de Gran Via de Fira de Barcelona se convirtió este lunes en una suerte de gran spa con el arranque de Piscina Barcelona, la feria más internacional de Europa dedicada al mundo del wellness y las albercas. Este sector se está transformando a través de dos palancas de cambio que comparte con otros, la digitalización y la sostenibilidad.
Por eso, hasta el próximo jueves en l’Hospitalet de Llobregat se pueden ver todo tipo de cubiertas que evitan la evaporación, robots inteligentes que limitan el uso de químicos o sistemas que a través de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial hacen que las piscinas sean más eficientes. Se esperan unos 15.000 visitantes, más que en la última edición de hace dos años, según fuentes de la organización. Un 60% de los asistentes son internacionales. De hecho, el salón ha crecido en espacio expositivos y cuenta con 434 expositores de una trentena de países.
Una cubierta para una piscina, este lunes en Fira de Barcelona
Entre ellos está Fluidra, empresa catalana con una influencia global en el sector, que ocupa un espacio central con un gran estand. “No gastamos tanto como parece. Según un estudio, las piscinas representamos el 1% del consumo de agua en España”, sostiene David Tapies, su director de Innovación Abierta.
“La tecnología nos impulsa a ser más sostenibles, con por ejemplo nuevos filtros o bombas que gastan menos”, describe Tapies. “Hay sistemas que con inteligencia artificial van aprendiendo cada vez más para ser más sostenibles en temas como el gasto energético o la evaporación. También gemelos digitales de las piscinas que predicen el impacto de una u otra actuación”, agrega.
Además de productos, en esta feria Fluidra presenta el concepto “ poolpositive ”, que defiende el impacto social de todo este mundo. “Un estudio con el hospital Sant Joan de Déu demuestra el impacto positivo de las piscinas en las personas con discapacidad mental severa”, ejemplifica. El propio salón también impulsa actos en este mismo sentido.
Según Agustí Ferrer, director general de la Asofap, la patronal del sector, “las personas quieren gozar de la piscina, pero no quieren preocuparse de mantenerla”. Por eso, una de las tendencias del sector es “la automatización del mantenimiento” que, según él, permite “optimizar el consumo de químicos y de energía” a través de nuevas tecnologías y, por lo tanto, hacer las piscinas más sostenibles. Según Ferrer, “las tecnologías más avanzadas siempre han estado en las piscinas de uso público, pero ahora llegan también a las casas”.
La industrialización gana peso en un negocio que crece de forma sostenida tras un boom por la pandemia
El sector vivió un boom durante la pandemia y ahora sigue creciendo a un ritmo menor pero sostenido, con la previsión de unas 40.000 piscinas nuevas este año. Además, los usuarios quieren que “la instalación cada vez sea más rápida” y por eso están en auge las piscinas industrializadas, creadas en fábricas y después insertadas en los hogares. “Pasan controles de calidad y, en algunos casos, pueden ser más baratas. Irán a más”, explican desde la Asofap.
No obstante, relata Ferrer que el producto más demandado son las cubiertas que permiten tapar la lámina de agua “manteniendo la limpieza, la temperatura y evitando la evaporización”. Otra tendencia son sistemas para “utilizar la piscina todo el año”.


