La Policía del municipio de Ses Salines, en el sur de Mallorca, ha sancionado a varias personas que trataron de montar una fiesta privada, con ‘beach club’ incluido, en la playa virgen de Es Carbó. Los bañistas que se encontraban por la mañana en las inmediaciones de la playa se llevaron una sorpresa monumental cuando comprobaron cómo varias personas llegaban a la playa en zodiacs y pequeñas embarcaciones y comenzaban a instalar carpas, mesas y sillas, sillones y elementos para disfrutar de un cátering.
La aparente intención era reservar una amplia zona de la playa para celebrar una fiesta privada con todo lujo de detalles, incluidos elementos musicales. Todo el material para la fiesta procedía de un yate de grandes dimensiones que se encontraba fondeado en las inmediaciones de la Colònia de Sant Jordi, uno de los enclaves turísticos de la zona sur de Mallorca. Todo apunta a que se trataba de empleados de la embarcación que, según todos los indicios, era propiedad de un árabe.
La playa está en una zona de máxima protección en el sur de la isla
La playa de es Carbó, en la Colònia de Sant Jordi, está en una zona protegida calificada como Área Natural de Especial Interés. Es un amplio arenal considerado una de las mejores playas de Mallorca, con fina arena, dunas, agua color turquesa y pinos en el entorno. Hasta allí solo se puede acceder en barco o caminando una travesía de unos 20 minutos desde la Colònia de Sant Jordi, de ahí el malestar de los bañistas que habían madrugado para disfrutar de este enclave habitualmente muy solitario.
Varios de quienes se encontraban en la zona se pusieron en contacto con la Policía Local de Ses Salines para denunciar los hechos por el intento de uso privativo de una playa pública en un espacio natural protegido. La Policía comunicó a los empleados que este tipo de montajes no estaba permitido y además les abrió un expediente sancionador que previsiblemente concluirá en una multa.
Todos el material procedía de un enorme yate fondeado en la zona
No es la primera vez que se producen hechos similares y durante los meses de verano comienza a ser habitual que empleados de grandes embarcaciones desembarquen material para montar fiestas privadas en playas de difícil acceso. Hace unos años sucedió en Cabrera, una isla deshabitada, un parque nacional con la máxima protección ambiental. El pasaje de una embarcación de grades dimensiones también instaló hamacas y otros elementos en la playa que hay junto al puerto y también se abrió un expediente en su momento.