Una mujer ha sido desalojada de su vivienda por orden judicial tras una disputa con el bar ubicado en el local inferior de su edificio en el Arenal de Llucmajor (Mallorca). La resolución le prohíbe permanecer a menos de 50 metros del establecimiento, de su propietaria y, por lo tanto, del inmueble donde reside.
La afectada, identificada como E.G., asegura que la situación comenzó en diciembre, cuando denunció ruidos nocturnos provocados por una maquinaria. Sospecha que se trata de una fosa séptica y afirma que intentó mediar con los responsables sin éxito.
E.G.: «No voy a vivir en la calle teniendo mi casa»
Tras varios intentos de diálogo, presentó una denuncia por ruidos, que fue archivada por falta de indicios. Más tarde interpuso otra por coacciones, alegando que fue increpada en la vía pública por personas vinculadas al bar, impidiéndole el acceso a su domicilio.
Ambas partes presentaron denuncias cruzadas. E.G. fue citada a declarar, pero el caso fue trasladado a otro juzgado para unificarse con la denuncia presentada por la dueña del bar. No se ha celebrado aún juicio, pero ya se ha dictado una medida cautelar de alejamiento.
La propietaria del local acusa a E.G. de lanzar objetos peligrosos desde su vivienda y de intentar dañar el bar. El auto judicial reconoce que no existen pruebas directas de estos hechos. La afectada niega las acusaciones y afirma que son falsas.
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E.G. denuncia que se le ha retirado su derecho a permanecer en su vivienda sin que se haya celebrado juicio. Expresa un profundo malestar psicológico y ha manifestado intenciones autodestructivas. Su abogado también cuestiona la legalidad de la medida adoptada. Por el momento, E.G. se ha negado a cumplir la orden de alejamiento que debía empezar este lunes a las 14:00.