Una tromba de agua nunca vista en Eivissa dejó ayer 236 litros por metro cuadrado y provocó el caos total en la isla durante toda la mañana, con carreteras cortadas, calles anegadas, comercios inundados y el aeropuerto de la isla con goteras en su interior e inoperativo durante buena parte de la jornada. Tuvieron que desviarse vuelos a aeropuertos cercanos como Palma o València. La intensidad de las lluvias, con 135 litros en el aeropuerto, 98 en Formentera, 68 en Sant Joan y 43 en el municipio de Sant Antoni, hizo que el servicio del 112 enviara un mensaje de alerta a los ciudadanos para pedirles que no salieran de sus casas, en la medida de lo posible, y que subieran a zonas elevadas en caso de entrada de agua en sus domicilios.
La violenta tormenta había comenzado la noche anterior, pero el avance de las nubes hizo que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activara la alerta roja a media mañana y permaneciera así hasta las 16 horas, cuando las lluvias comenzaron a remitir. A pesar de que la Aemet había advertido de la posibilidad de este intenso episodio de lluvias, el volumen de litros de agua que cayó en doce horas dejó la ciudad impracticable, lo que también afectó a los miles de turistas que pasan sus vacaciones en la isla. El hecho de que la tormenta se desatara de noche y continuara por la mañana ayudó a que la mayor parte de turistas y residentes se encontraran a cubierto cuando se desplegaron las lluvias.
Una moto y varios peatones transitan sorteando la inundación en las calles de Sant Jordi, ayer
Buena parte de las calles del centro de la ciudad quedaron totalmente anegadas y los pasajeros de uno de los ferrys que llegaron a la isla tuvieron que desembarcar del él a pesar de que el agua, una mezcla de barro y agua de mar, les llegaba hasta las rodillas. Algunos ferrys tuvieron dificultades para atracar y se registró un vertido de aguas fecales tras sobrepasarse la estación de bombeo. Los bomberos y los servicios de emergencia realizaron más de un centenar de actuaciones, entre ellas el rescate de algunos conductores que quedaron atrapados en sus vehículos. A pesar de la gravedad del fenómeno, las autoridades solo han comunicado la existencia de dos heridos por caídas. Uno de ellos es una persona mayor que cayó cuando intentaba cruzar la calle.
Carreteras cortadas, calles anegadas, el aeropuerto cerrado y clases suspendidas por el aguacero
La alerta pasó de roja a naranja a primera hora de la tarde, pero el Govern balear requirió la presencia de la unidad militar de emergencias (UME), que ayer mismo comenzó el traslado de 70 efectivos a la isla. También desde Mallorca se enviaron refuerzos de los servicios de emergencia, entre ellos varios equipos de bomberos, para ayudar a que se recupere la normalidad cuanto antes.
El temor a que se repitieran episodios como los vividos el año pasado tras la catastrófica dana en Valencia hizo que las autoridades activaran todas las alertas. La Conselleria d’Educació suspendió las clases por la tarde ante los avisos meteorológicos adversos por parte de la Agencia Estatal de Meteorología, y el Govern balear recomendó además a los padres que no acudieran a recoger a los niños a las aulas. Este aviso se mantuvo hasta las 17 horas, aproximadamente, y el Ayuntamiento de Eivissa pidió a los padres que no utilizaran vehículos en la medida de lo posible.
Turistas tratando de protegerse de la lluvia
La Universitat de les Illes Balears también suspendió las clases en Eivissa. La Conselleria d’Educació ha decidido desplazar desde hoy a técnicos y arquitectos para revisar los centros escolares afectados por la tormenta. Con el objetivo de garantizar la seguridad del alumnado y de evitar desplazamientos innecesarios, las clases quedarán suspendidas durante el día de hoy en todos los centros educativos la ciudad.
El Govern balear pide la presencia de la UME, que ya ha empezado el traslado de 70 efectivos
También se suspendieron las consultas externas en el hospital Can Misses para evitar los desplazamientos de la población ante la complicada situación que se vivió en la isla. La tormenta se había ido desplazando desde la costa del levante de la Península hasta llegar a la zona de Eivissa y Formentera, donde la situación se complicó por momentos, ya que las lluvias quedaron ancladas sobre las pitiusas.
El Govern balear siguió la evolución de este episodio de fuertes lluvias desde el puesto de mando de Emergencias durante la mañana. Hasta allí se desplazó la presidenta del Govern, Marga Prohens, y el president del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, que abandonaron el pleno ordinario del Parlament balear tras declararse la alerta roja para la isla. Prohens y Marí viajaron por la tarde a la isla para conocer en directo los efectos de un tormenta que deja calles inundadas tras un registro histórico de precipitaciones en la isla.

