La familia real española tomó posesión del palacio de Marivent antes incluso de que Juan Carlos fuera proclamado rey. Fue su mentor, y posteriormente primer jefe de la Casa del Rey, Nicolás Cotoner, Marqués de Mondéjar, quien aprovechó la ocasión y tuvo la visión de vincular Mallorca a la Corona.
El 4 de agosto de 1973, los entonces príncipes de España, Juan Carlos y Sofía, acompañados de sus hijos, Elena, Cristina y Felipe, que entonces tenían 9, 8 y 5 años, entraron por primera vez en el palacio de Marivent. Cincuenta y dos años más tarde el recinto sigue siendo la residencia oficial de verano de la familia real, pero queda ya muy lejos el tiempo en el que, además, fue el escenario de reuniones familiares y de los encuentros de los anteriores reyes con personalidades invitadas de todo el mundo. Felipe y Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía, apenas pasan diez días en Mallorca, un tiempo de vacaciones oficiales que antecede a las privadas de las que no se facilita información pero de las que hay constancia de que se disfrutan fuera de España.
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Los veranos en Mallorca de Carlos y Diana
Marivent fue el escenario de los mejores veranos de Carlos y Diana, a la sazón príncipes de Gales. Sus estancias en Mallorca, de 1986 a 1990, acabaron con el distanciamiento entre las dos familias reales después de que un lío con Gibraltar, y el enfado entre el gobierno español y el británico, impidiera la presencia de Juan Carlos y Sofía en la boda de Carlos y Diana.
A principios de los 70, Mondéjar, que, como tantos otros que, viviendo el franquismo, ya velaban por el futuro de Juan Carlos, vio claro que debía dotar de vida y escenarios propios al entonces joven príncipe, lejos del Pazo de Meirás, la residencia de verano de Franco, y maquinó para que el palacio de Marivent, una residencia que los herederos del pintor Juan Saridakis habían cedido a la entonces Diputación de Baleares para ser convertida en museo, fuera cedida para el uso en verano de los entonces príncipes y luego reyes.
La finca de Marivent, actualmente propiedad del Govern balear, se encuentra a las afueras de Palma, junto a la base naval de Porto Pi. A la residencia principal y la llamada masía (antigua vivienda de los masovers y ahora oficinas para los funcionarios que acompañan al Rey durante su estancia en Palma) se le sumaron servicios propios de la residencia del Jefe del Estado, como un helipuerto, dependencias para el personal de seguridad, etcétera) y también otras edificaciones para uso de visitas y del entonces príncipe Felipe, además de piscinas y una pista de tenis. Tras su proclamación, en el 2014, Felipe VI acordó con el Govern balear abrir los jardines de Marivent al público cuando el palacio no estuviera ocupado. La iniciativa no tuvo mucho éxito de público pero sirvió para acallar las reivindicaciones de grupos sociales y políticos que exigían que Marivent fuera de todos. La residencia de verano de la familia real ya no es lo que era pero los Reyes siguen cumpliendo con el ritual porque a ver quién es el guapo que acaba con el lazo que une Mallorca con la Corona.