Rodeo en Els Quatre Gats

Barcelona Secreta

El escultor Eusebi Arnau incluyó dos escenas del típico espectáculo de doma de los cowboys americanos en dos de las ventanas del edificio de Puig i Cadafalch que dan al pasaje del Patriarca

El rodeo de Els Quatre Gats

Una de las escenas esculpidas por Eusebi Arnau 

Xavi Casinos

¿Qué tiene que ver el restaurante modernista Els Quatre Gats con el rodeo americano? No se conoce ninguna, pero la realidad es que el escultor Eusebi Arnau, por alguna desconocida razón, esculpió dos escenas de este espectáculo de cowboys en dos de las ventanas de la Casa Martí, el edificio de Josep Puig i Cadafalch que alberga el emblemático establecimiento de la calle Montsió.

Las dos escenas se pueden admirar en la fachada que da al pasaje del Patriarca. Una de ellas, la situada en la ventana más a la izquierda, muestra a un jinete tratando de domar un caballo. La postura es la típica que puede observarse en un rodeo. En este caso, el cowboy esculpido ha perdido la cabeza. La segunda escena, más a la derecha, muestra al jinete a punto de caer de la montura. Los dos lances son inequívocamente propios de los rodeos americanos.

Escena esculpida en la fachada de Els Quatre Gats

El jinete, a punto de caer de la montura

Xavi Casinos

La pregunta es qué llevó a Arnau, colaborador habitual de Puig i Cadafalch, a plasmar estas dos pequeñas esculturas en un edificio modernista de finales del siglo XIX. Se trata de un motivo totalmente inusual en las escenas narrativas que acostumbraba a realizar este artista. Quizás –y solo quizás, porque no hay documentación alguna que lo vincule– tuviera que ver con el legendario Buffalo Bill, que en 1889 trajo su circo del salvaje oeste a Barcelona. Arnau pudo haberse inspirado en algunas de las escenas que habría presenciado, si es que realmente acudió como público a algunas de las representaciones. En cualquier caso, las dos escenas de rodeo pueden admirarse en ambas ventanas del edificio.

Els Quatre Gats fue abierto en los bajos de la Casa Martí en junio de 1897 de la mano del hostelero Pere Romeu. Tuvo una vida efímera, tan solo seis años, periodo en el que se convirtió en punto de referencia y de encuentro del movimiento modernista. Se inspiró directamente en el cabaret Le Chat Noir de París. Entre sus ilustres clientes de cenas, tertulias y otras reuniones, se encontraban artistas e intelectuales como Santiago Rusiñol, Ramon Casas, Pompeu Gener, Joaquim Mir, Enric Granados, Isaac Albéniz y Pablo Picasso, entre otros.

El local generó en su corta vida grandes deudas a Romeu, que tuvo que cerrar Els Quatre Gats en 1903. El actual restaurante reabrió en la década de 1970.

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