Vallcarca, la enésima ocupación maldita de los alcaldes de Barcelona

Movimientos sociales

El Cine Princesa, la Kasa de la Muntanya o Can Vies; desde Maragall hasta Collboni, todos los regidores han tenido que hacer frente a incómodos desahucios que han derivado en revueltas ciudadanas

Dos de las fincas okupadas de la avenida de Vallcarca sobre las que pesa una orden de desalojo que todavía no se ha ejecutado

Dos de las fincas okupadas de la avenida de Vallcarca sobre las que pesa una orden de desalojo que todavía no se ha ejecutado

Joan Mateu Parra

En el pleno municipal celebrado (o disputado) el pasado 25 de julio, Barcelona en Comú cumplió la amenaza de condicionar su apoyo a las políticas del gobierno de Jaume Collboni a lo que suceda en Vallcarca con las fincas ocupadas que están destinadas al derribo para dar cumplimiento a un plan urbanístico pendiente desde principio de siglo. El partido que ahora lidera Janet Sanz se abstuvo en la mayoría de votaciones siempre bajo el pretexto de que “no se puede apoyar a quien quiere echar a menores de sus casas”, en referencia a los niños que residen en esas viviendas. No es para nada nuevo que la ocupación marque la agenda política del Ayuntamiento. 

Lo saben bien los últimos seis alcaldes de la ciudad, que, de un modo u otro, con mayor o menor intensidad, con más o menos incidencia en su mandato, tuvieron que hacer frente a sonadas ocupaciones que pusieron sobre la mesa temas tan contemporáneos como el acceso a la vivienda, el encaje de los jóvenes en la sociedad o la falta de equipamientos culturales y de ocio. Le sucede ahora a Collboni con Vallcarca, pero Maragall tuvo el Cine Princesa, Clos lidió con la Kasa de la Muntanya, Hereu hizo frente a la Makabra, Trias sufrió de lo lindo con Can Vies y Colau tuvo que asumir la resolución del Bank Expropiat. 

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