“Me gustaría cambiar el mundo”

Refugiados ucranianos en Catalunya

Mariia Kovpak, de 19 años, llegó a Catalunya en el 2022 huyendo de la guerra en Ucrania; ahora está en segundo curso de ‘Historia, Política y Economía Contemporáneas’ en la UAB

Mariia Kovpak, estudiante Ucraniana

Mariia, fotografiada en Barcelona este mes de septiembre, antes de ir a clase 

Ana Jiménez

Mariia Kovpak ya no contempla el regreso a Ucrania. La invasión rusa de febrero del 2022 la apartó a ella y a su familia de su país y, como tantos otros ucranianos, buscaron refugio en diferentes destinos de Europa gracias a la activación del mecanismo de protección temporal y la obtención automática del permiso de residencia y trabajo. Mariia, de 19 años, se ha acostumbrado a no hacer demasiados planes, ha aparcado la idea de volver a su casa, cerca de Kyiv, y ahora está centrada en la vida universitaria, en el segundo curso de Historia, Política y Economía Contemporáneas, una carrera en la UAB que le apasiona y que le da las herramientas para, en un futuro, “trabajar en entornos en los que pueda cambiar algo, me gustaría intentar cambiar el mundo”.

La familia Kovpak forma parte de los 5,7 millones de refugiados ucranianos en el mundo, según los últimos datos publicados por ACNUR.

Mariia ha alquilado una habitación en un piso de Barcelona y va cada tarde a Bellaterra; su familia sigue en Reus

Los padres de Mariia, Serhii y Tetiana, y su hermana, Daria, siguen residiendo en Reus, en el piso que les cedió una vecina de la ciudad, después de que salieran de Ucrania, tal como ha relatado La Vanguardia en anteriores reportajes. Mariia ha seguido el camino emprendido por muchos jóvenes que dejan su hogar para estudiar en la capital. Ha alquilado una habitación en Barcelona, en el barrio de Vallcarca, y compagina los estudios con un trabajo, hasta hace poco de dependienta en tiendas de moda. Cada tarde se sumerge, en el campus de Bellaterra, en las clases que desgranan los problemas sociopolíticos y económicos que definen la sociedad contemporánea. La trayectoria vital de Mariia influyó en su decisión de elegir un grado que le aporta herramientas para intentar entender el devenir de este mundo. Cuenta que Del Fascismo al Nacional-populismo es una de las asignaturas que más la está enganchando.

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Ella es la única de la familia que, además de ucraniano y ruso, habla inglés y castellano con solvencia y un poco de catalán. Por eso ha ejercido de traductora de sus padres que, igual que muchos refugiados ucranianos, no han aprendido el catalán ni el castellano. Sin hablar las lenguas del país de acogida la integración no es fácil. La idea inicial era que el paso por Catalunya fuera temporal, pero la guerra ya suma más de tres años y medio. “Mi madre ha empezado clases de castellano y mi padre de inglés, ellos quieren volver a Ucrania cuando haya paz. Yo soy joven, estoy muy bien en Barcelona y no me cuesta conocer a gente, pero a los mayores sí. Ellos se pasan horas haciendo videollamadas para mantener el contacto con sus amigos”, explica. Ambos siguen con la misma ocupación que tenían en Ucrania en una compañía de márquetin, aunque ahora teletrabajan.

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A man carries a water container past a building damaged during the civil war at a distribution point due to water outages in Khartoum, Sudan, Sunday, May 25, 2025. (AP Photo)

Algunos niños se escolarizaron en Catalunya poco después de su llegada, pero otros continuaron con el plan de estudios de su país con una supervisión on line . Este es el caso de Daria, la hermana de Mariia. “Al principio estudiaba a distancia con el sistema ucraniano, pero ahora va a una escuela en Reus, está en primero de ESO. Si quiere integrarse debe poder comunicarse en las lenguas de aquí”.

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Mariia prevé renovar el permiso de residencia por la directiva de protección temporal en abril del 2026. El Consejo Europeo anunció en junio la prórroga hasta el 4 de marzo del 2027 de dicha figura que actualmente beneficia a más de más de cuatro millones de ucranianos que huyeron de la guerra. En el conjunto de España, a 30 de junio de este año, constaban 326.422 personas de nacionalidad ucraniana con documentación de residencia en vigor, de las cuales 234.240 acogidas a la protección temporal, según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Hasta la fecha señalada, del total de 181.589 ucranianos de más de 16 años con protección temporal, 34.021, el 19%, estaban afiliados a las Seguridad Social, de acuerdo con los datos del Registro Central de Extranjeros y la Tesorería General de la Seguridad Social.

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