Los cortes de tráfico de la calle Urgell deberían estar a punto de llegar a su fin si se cumpliesen las previsiones anunciadas cuando empezaron. Pero como acostumbra a pasar en la obra pública de Catalunya, cuando no es una cosa, es otra, y la construcción de las futuras estaciones de la línea 8 de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) no iba a ser una excepción.
La fase de obras que se pretendía completar en un año, va a alargarse dos, así que la circulación no se restablecerá por la calle Urgell hasta finales del año que viene. Los vecinos deberán convivir con el ruido, el polvo y las aceras reducidas a la mínima expresión hasta el verano del 2026, cuando finalizará la perforación de las pantallas que delimitan los pozos de las futuras estaciones de Hospital Clínic y Francesc Macià a más de 80 metros de profundidad. Luego habrá que construir la cubierta reforzada, así que para recuperar el tráfico habrá que esperar hasta finales de otoño del año que viene.
Es un plazo de tiempo que dobla el anunciado en su momento porque ha resultado ser más lento de lo previsto el trabajo de la máquina hidrofresa. Se trata de un tipo de excavadora gigantesca capaz de construir las pantallas de los pozos a una profundidad que solo tres empresas en todo el mundo consiguen.
A estas alturas se han ejecutado la mitad de las pantallas y ahora ya coge velocidad de crucero después de unos primeros meses de mucho tiento y lentitud. Los responsables de la obra aseguran que las pantallas restantes se harán más rápido ahora que ya se conoce el terreno
“La verticalidad conseguida es exquisita y no ha habido ninguna afectación en los edificios colindantes, pero el rendimiento ha sido inferior al esperado”, reconoce el director general de Infraestructuras de la Generalitat, David Prat, que ha explicado la situación este jueves en una sesión informativa con los vecinos de la zona. Para dar a entender la magnitud de la operación, el ingeniero jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Altisench, compara la profundidad a la que se llega a excavar con la torre alta de La Caixa en la Diagonal.
El retraso en la construcción de los pozos no se trasladará al conjunto de la obra, según el secretario de Movilidad, Manel Nadal, convencido de que “el trabajo de la tuneladora no se verá condicionado por el retraso en la ejecución de las pantallas”. Aunque el plan inicial era que la tuneladora llegase a las futuras estaciones con el pozo ya hecho, la Generalitat trabaja con el escenario de atravesar el Eixample hasta Gràcia al margen del punto en el que estén las estaciones de Hospital Clínic y Francesc Macià, así como las salidas de emergencia de Consell de Cent y Muntaner.
Huelga de arqueología en Muntaner
La calle Muntaner lleva cortada desde agosto entre Laforja y Marià Cubí para construir una salida de emergencia de la L8. En estos cuatro meses se ha avanzado muy poco por una huelga del servicio de arqueología, cuya presencia es imprescindible para poder excavar el subsuelo y empezar a horadar con la hidrofresa. No es que se haya encontrado nada relevante, sino que sin el responsable de arqueología de turno, los obreros no podían avanzar. El conflicto laboral se ha resuelto con la contratación de otra empresa a partir de enero pero ya ha retrasado todos los planes de la obra en este tramo, cuya reapertura estaba prevista para septiembre del 2026 y ahora se ha pospuesto hasta principios del 2027.
A estas calles con cortes por las obras se sumará a partir de enero la calle Diputació entre Tarragona y Llançà, a la altura del parque Joan Miró, donde se almacenará toda la tierra extraída por la tuneladora. En este caso se cortará el tráfico para facilitar que los camiones que deben llevarse todo ese material entren y salgan desde la calle Tarragona, concentrando el movimiento en la zona del centro comercial Arenas en lugar de los bloques de viviendas de al lado.
Todo eso sucederá cuando la tuneladora inicie su camino, una nueva fase de las obras que se espera para verano del año que viene. Antes, entre finales de enero y principios de febrero llegará la máquina por partes desde el solar en Sant Boi de Llobregat donde se está revisando el estado de las piezas. En paralelo, una microtuneladora debe horadar una galería desde la Gran Via hasta el parque Joan Miró para que las tierras sean extraídas sin provocar muchas molestias desde el pozo de la tuneladora en plena Gran Via. Allí ya se ha levantado gran parte de la nave acústica que debe mitigar la afectación sobre los vecinos.
Para tratar de dar más y mejores explicaciones, la Generalitat abrirá un punto de atención ciudadana en la Escola Industrial para dar respuesta a las inquietudes de los vecinos y comerciantes afectados por las obras en todo su trazado.

