La multinacional Cabify aplicará en breve un suplemento de un euro en todas las carreras a los enclaves turísticos más visitados de Barcelona. Hablamos de rincones en ocasiones muy saturados, caso del templo de la Sagrada Família, el Park Güell, la Casa Batlló, la Pedrera, la Catedral, la Font Màgica, el mercado de la Boqueria, la terminal de cruceros del puerto... Y los beneficios en cuestión serán entregados a asociaciones vecinales. Además, Cabify también está realizando una serie de descuentos dirigidos a los clientes que sí que viven en la ciudad.
La empresa trata así de fortalecer su reputación entre los barceloneses en unos momentos trascendentales en los que el juicio de la opinión pública puede resultar definitivo. La nueva ley del transporte de viajeros en vehículos de hasta nueve plazas cuya tramitación ya arrancó en el Parlament supondrá a efectos prácticos la desaparición de las calles del area metropolitana de los coches de alquiler con conductor, también conocidos como VTC, que acostumbran a operar con las apps de Uber, Bolt y Cabify. Muchos restauradores, comerciantes y otros empresarios ya manifestaron su preocupación.
La empresa asegura que entregará los beneficios de este suplemento a entidades vecinales
Entretanto el sector se defiende como gato panza arriba. Uber no cesa de sumar nuevos taxistas dispuestos a trabajar con su software. Ya ronda los 2.000. Y Cabify cuenta con 250 licencias VTC para operar en el área metropolitana que no se extinguirán hasta el 2038. Además, esta empresa está reclamando miles de licencias en los tribunales. Solo en Madrid aspira a unas 9.000. Hace poco logró que la Justicia obligara a la esta comunidad a habilitar unos 900 permisos solicitados. En Barcelona el montón de licencias en el aire es inferior. Además, la empresa no detalla los números. Pero todo apunta a que al menos unos cuantos años Cabify podrá mantener su modelo en la ciudad.
Mientras, Élite Taxi redobla sus presiones sobre las administraciones para acelerar la tramitación de la nueva ley y endurecer los controles de sus competidores. Los taxistas recuerdan que la mayor parte de los VTC que operan en el área metropolitana lo hacen sin el preceptivo doble permiso de las administraciones. De manera que planean tomar la Gran Via y el paseo de Gràcia con al menos 3.000 taxis el día 9. Si el caos se desmadra los taxistas pueden perder más de lo que creen.
Y en este contexto tan belicoso Cabify opta por aplicar recargos a los turistas y entregar los beneficios a entidades vecinales, y también realizar descuentos a la gente que vive en la ciudad. “Cabify busca que la actividad turística contribuya de forma directa a la mejora y el bienestar de los barrios –abundan fuentes de la compañía–, compensando parte de la presión que soporta la ciudad y devolviendo recursos allí donde más se necesitan. Con esta medida reafirmamos nuestro compromiso con Barcelona, apoyando un modelo de movilidad que protege a los vecinos, fortalece el tejido local y ayuda a equilibrar el impacto del turismo en la vida cotidiana de la ciudad”. Las fuentes agregan que la app activó esta semana la categoría Cabify Barcelona. “Está dirigida a aquellos usuarios que tengan guardado en favoritos la dirección de su casa o de su trabajo, y ofrece viajes más asequibles desde los barrios hasta el aeropuerto o hasta hospitales o centros de salud, entre otras acciones que se irán activando paulatinamente”.


