La Fundació Casa Amèrica Catalunya no se trasladará a la fábrica de la Escocesa, en el corazón del 22@, como era deseo del Govern. Así se lo propuso al Ayuntamiento (llegó a producirse una visita in situ el pasado julio), pero tal y como confirman fuentes municipales a Guyana Guardian, finalmente se ha descartado esta opción para dotar al recinto fabril de otros usos, vinculados con la economía colaborativa, la creación artística, viviendas asistidas y la tecnología aplicada a las empresas agroalimentarias. La teniente de alcalde Raquel Gil presentó la semana pasada la hoja de ruta municipal para las naves pendientes de recuperar en el recinto, y al no mencionar la entidad que ahora tiene su sede en el corazón del Eixample, parecía claro que la petición de la Generalitat no será atendida. Y, efectivamente, así es.
Esta entidad, cuyo patronato lo forman el Ayuntamiento, el Govern, la Diputación de Barcelona y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, tiene ahora su sede en un entresuelo del Eixample, en la calle Còrsega, entre Balmes y Rambla Catalunya. Un lugar muy noble y céntrico, pero no deja de ser el bajo de un edificio, mientras que la Casa Àsia tiene pendiente trasladarse a los jardines del Palau de Pedralbes. Dispone de auditorio (con capacidad para algo más de 100 personas), biblioteca y un pequeña sala de exposiciones; y cuenta con una plantilla de 11 personas. Cada semana alberga entre dos y tres actividades, y al cabo del año, algunos de sus eventos más importantes son el Festival de Cine Latinoamericano (LatCinema Fest), o el Festival de Literatura Latinoamericana de Barcelona (KmAmèrica).
Una de las naves de la Escocesa que ya ejerce de polo de creación artística
Un portavoz del Govern compartió a finales de septiembre a este diario el deseo de encontrar un lugar más grande para potenciar la actividad de la Casa Amèrica Catalunya. En concreto, la misma fuente indicaba que la nave Klein de la Escocesa era la más indicada para albergar la nueva sede. Finalmente, sin embargo, tal y como señaló la teniente de alcalde Gil, este recinto se convertirá en “un espacio de economía social y solidaria”, gestionado de manera colectiva por cooperativas. El año que viene se convocará un concurso público para encontrar al nuevo gestor, que deberá colaborar en la rehabilitación, que tiene un coste de 7,5 millones de euros. Esta alternativa, así las cosas, no deja lugar a la Casa Amèrica Catalunya, que tampoco tiene espacio en la resta de naves, que también tienen los usos decididos, a pesar de que no disponen de calendarios tan concretos.
La ubicación
La directora de la institución pide un local a pie de calle para que se les vea más “como un centro cultural de la ciudad”
Marta Nin, directora de la Fundació Casa Amèrica Catalunya, celebra que se ponga sobre la mesa el cambio de sede. Por dos razones. Primero, por la necesidad de conseguir “un local a pie de calle que permita que se nos perciba más como un centro cultural”, cosa que ahora no es posible con el edificio del Eixample. Y segundo, por el hecho de que Barcelona “cada vez es más un puente con América Latina y también la población en la ciudad proveniente de allí es cada vez mayor”. Es decir, aunque llevan tiempo poniendo el tema sobre la mesa, hoy parece más oportuno que nunca.
Un portavoz municipal asegura que se están buscando otras ubicaciones de la mano de Casa Amèrica Catalunya una vez descartada la Escocesa. Desde el Govern se agradece el esfuerzo del Ayuntamiento y esperan que se pueda encontrar “un espacio con unas dependencias adecuadas que permitan poner a la entidad al nivel que merece”.

