Nou Barris se llena de arte urbano y abre el debate sobre las férreas ordenanzas municipales

Modelo de ciudad

El yugo del grafiti ilegal frena la expansión de un proyecto que ha tenido que superar crudas críticas vecinales pero que el concejal de Cultura califica de “extraordinario”

El mural que homenajea el circo social de Nou Barris, en una plaza sin nombre del distrito

El mural que homenajea el circo social de Nou Barris, en una plaza sin nombre del distrito

Ana Jiménez

En este tema se han juntado varios elementos que representan más bien poco el perfil bajo (evitar los errores e intentar generar el menor ruido posible) del gobierno del PSC en Barcelona. En Nou Barris, ese oasis se volvió tsunami al abrir la puerta a un proyecto de arte urbano que buscaba remover y despertar sentimientos. Y también evidenciar que esta disciplina tiene un difícil encaje social, por el rechazo a los grafitis ilegales, y logístico, pues las ordenanzas vigentes son muy restrictivas con este tipo de expresión creativa. Todo, en los barrios en los que más se ha salido a la calle para reivindicar la biblioteca, el metro, el centro de atención primaria, el asfaltado de calles, el mercado o el instituto. El concejal del distrito, Xavier Marcé, también responsable municipal de Cultura, se la jugó al trufar estos vecindarios de expresiones artísticas que evocan la historia, pero también los problemas que más hostigan a la ciudadanía, como el turismo masivo o la falta de vivienda asequible. Ha generado un crudo debate, así que, en el fondo, si el arte busca generar emociones, podría decirse que la iniciativa ha sido un éxito. 

Homenaje al empoderamiento femenino, en la calle de Aiguablava

Homenaje al empoderamiento femenino, en la calle de Aiguablava

Ana Jiménez

La cosa no empezó bien, ya que las prescripciones técnicas de la licitación del proyecto hacían referencia explícita a la voluntad de atraer turismo a los barrios de montaña. Aquello enfureció a algunas entidades de Nou Barris, que lamentaron que se buscara “decorar las fachadas cuando en el interior de los edificios, los vecinos no pueden vivir con dignidad”. Querían que ese casi millón de euros se destinara a ampliar un CAP, a un nuevo casal de jóvenes, a construir un polideportivo con piscina, a una escuela de adultos o a mejorar el transporte público. Pero todo eso, argumenta Marcé, siendo legítima su reivindicación, no tenía cabida en esta convocatoria, asida a los fondos europeos Next Generation que, en este caso, obligaban a incluir esa idea de promoción y descentralización del turismo en la capital catalana. Es decir, quería dedicar la inversión al arte urbano y le tocó hacer malabarismos para que Europa comulgara con un proyecto que lleva el sello, entre otras, de la productora Rebobinart. 

La réplica

Los vecinos pedían destinar el dinero a otras urgencias, pero eran fondos europeos  Que no permitían otra finalidad

La convocatoria siguió su curso y las intervenciones en la calle ya son visibles en edificios, paredes y calles. Las entidades dijeron que el arte urbano no soluciona ninguno de los problemas de Nou Barris, pero al menos sí que intenta exponer algunos de ellos. El lunes, tal y como les contó este diario, el artista Octavi Serra instaló una señal de tráfico de entrada a Barcelona en Via Favència y la llenó de imanes cutres, con paellas, toros, la Sagrada Família, el Park Güell. Una manera de denunciar que la masificación turística ahoga la esencia real de la ciudad. A escasos 100 metros, en la plaza de Karl Marx, se ha colocado una casa sin paredes, un homenaje a la autoconstrucción que evoca, por ejemplo, la película El 47, cuando tener un techo levantado al alba ya consolidaba el un nuevo hogar cuando pasaban revista las autoridades. 

La obra de Octavi Serra crítica con el turismo, en la avenida Favència

La obra de Octavi Serra crítica con el turismo, en la avenida Favència

ana Jiménez

Casi dentro de Collserola (calle Castellví), el artista francés Antoine Guignard, uno de los mejores creadores sobre madera con una radial, ha esculpido un homenaje a Carme Vila, activista vecinal (además de esposa de Manolo Vital, el hombre que secuestró un bus para demostrar que podían subir a Torre Baró). En la Trinitat Nova (calle Platja d'Aro), dos murales rinden homenaje a la Torre del Rellotge (una mareante obra del ruso Shozy) y a la resiliencia de una generación de mujeres que ayudaron a levantar Nou Barris (lleva el sello de la portuguesa Mariana Duarte Santos). 

Los homenajes a la Torre del Rellotge y a las mujeres que sacaron adelante estos barrios, en la calle Platja d'Aro

Los homenajes a la Torre del Rellotge y a las mujeres que sacaron adelante estos barrios, en la calle Platja d'Aro

Ana Jiménez

También hay una oda al circo social de Nou Barris (junto al metro Casa de l'Aigua) pintada en unas escaleras que llevan a ninguna parte, una metáfora sobre la migración (Via Favència con Aiguablava) a través de los pájaros, un enorme mural del británico Jay Kaes (Via Favència con Almansa) que habla de diversidad a través del deporte o una pared que elogia el empoderamiento de la mujer, reproduciendo la figura de Matilde Climent, trabajadora social histórica del Ayuntamiento (puede verse en la calle Aiguablava; autora: Udane Juaristi). Quizás las obras más controvertidas sean la del turismo y la que, junto a la plaza Karl Marx, reflexiona sobre la crisis de la vivienda con el esqueleto de una pequeña casa que tiene techo, puerta y ventanas pero no paredes. Obra del colectivo Basurama, pretende ser un homenaje a la autoconstrucción de los años 50, 60 y 70 en Nou Barris.

La casa solo con techo y ventanas, en recuerdo de la autoconstrucción de los años 50, 60 y 70 en Nou Barris

La casa solo con techo y ventanas, en recuerdo de la autoconstrucción de los años 50, 60 y 70 en Nou Barris

Nacho Vera

Marcé hace un balance muy positivo de un proyecto de arte urbano “de una calidad extraordinaria que es el más grande que se ha hecho nunca en Barcelona y uno de los más importantes de todo el Estado”. Considera que los vecinos lo han asumido “como una pequeña maravilla local” y celebra la “alta calidad de todas las obras”, cuyos artistas se eligieron a través de un jurado. La duda, a partir de ahora, es hasta qué punto esta experiencia puede exportarse a otros barrios o si esto ha sido una seta, un deseo cumplido de un concejal concreto. “Claro que me gustaría que tuviera continuidad en otros barrios de la ciudad -comparte el responsable de Cultura-, el problema son las dificultades normativas, políticas de paisaje urbano y ordenanzas que son muy restrictivas y complejas”.  

El homenaje sobre ladera a Maria Vila, en lo alto de Nou Barris

El homenaje sobre ladera a Carme Vila, en lo alto de Nou Barris

Reboninart

Sobre la obra de arte crítica con el turismo, Marcé celebra el “punto de provocación”. “Cuando juegas con artistas, lo que no puedes hacer es decirles lo que tienen que hacer. Yo no lo haré nunca y no quiero hacerlo. Que sea crítico o que ponga en cuestión la masificación era difícilmente evitable. Es un debate que existe; me toca asumir estos riesgos”, asevera el concejal de Nou Barris y de Cultura. Está por ver hasta qué punto este proyecto ha sido la semilla de algo más grande. “Es extrapolable, una nueva manera de interpretar Barcelona”, concluye Marcé. 

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