Esta vez Alberto Álvarez, alías Tito, se precipitó. Apenas 500 taxis se concentraron durante la mañana de este martes en el paseo de Gràcia y la Gran Via de Barcelona. No es una cantidad desdeñable. Pero el objetivo declarado de Élite Taxi era que hasta 3.000 vehículos llegados de toda Catalunya tomaran el centro de la ciudad.
La protesta concentró a unos 500 taxis
Y Álvarez se involucró en esta movilización de una manera muy personal, acercándose estas semanas a unas cuantas poblaciones, montando un montón de asambleas de conductores aquí y allá, llamando una y otra vez a los taxistas catalanes a protagonizar una movilización histórica y sin precedentes ni parangón.
Los taxis llenan la Gran Vía en la Plaza Tetuán de Barcelona
Las expectativas eran muy altas. Quizás demasiado. Es que Álvarez no logró frenar el acuerdo de colaboración entre Uber y el Barça, y ese patrocinio comercial le hurgó en su fibra más sensible. De ahí en buena medida que en esta ocasión el fundador de Élite Taxi no calculara bien sus movimientos.
Sobre las nueve los taxis comenzaron a tomar la mayoría de carriles de la Gran Via desde la plaza Tetuan hasta el paseo de Gràcia. Aquí estacionaron unos 300. Luego los chóferes comenzaron a tomar posiciones en el paseo más señorial, pero los aproximadamente 200 vehículos que llegaron apenas pudieron ocupar los tramos superiores. Estos cálculos concuerdan con los de la Guardia Urbana.
Decenas de taxistas se han unido a la protesta
El plan era que los taxis dibujaran una cruz, que también tomaran el otro lado de la Gran Via, hasta Entença. Pero no vinieron más. Pese a su pinchazo, esta movilización secuestró dos viales principales, con todo lo que ello comporta, hasta la hora de comer. Ello provocó retrasos en las líneas de autobús de la zona, y ciudadanos provenientes del Baix Llobregat en transporte público y privado se demoraron más de lo habitual.
Además, alrededor de 300 piquetes informativos desplegados por toda el área metropolitana hicieron que fuera muy complicado encontrar una luz verde hasta bien entrada la tarde. Si bien el regreso a la normalidad tras el puente no resultó caótico, tampoco fue agradable.
Los petardos y los botes de humo no faltaron
El taxi siempre fue un gremio bien complicado. A a la postre no vinieron tantos taxis del resto de Catalunya. Y las tres entidades que quedaron por detrás de Élite Taxi en las últimas elecciones del sector, Pak Taxi, el Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC) y la Associació Taxi Companys (ATC), rechazaron estos días apoyar esta concentración.
Las tres agrupaciones coincidieron en subrayar que la protesta podría acarrear a la ciudadanía muchos inconvenientes innecesarios. Hace ya una temporada que en la profesión no pocos se cansaron del protagonismo del fundador de Élite Taxi. Encima las relaciones de Álvarez con los conductores paquistaníes se enturbiaron un año atrás.
Alberto Álvarez, alías Tito, a bordo de la Titoneta
Entonces acusó a miembros de Pak Taxi de poner a sus volantes a compatriotas sin la titulación correspondiente. La relación con este colectivo tan abundante en el sector empeoró luego de que Élite Taxi promoviera que la nueva ley del transporte de viajeros en vehículos de hasta nueve plazas que ultima la Generalitat también prevea que los taxistas tengan que tener el B1 de catalán.
Además, la tramitación de esta norma también conocida informalmente como la ley de Tito en tanto que barrerá la competencia de los coches de alquiler con conductor que captan sus clientes mediante las aplicaciones de Uber, Cabify y Bolt en toda el área metropolitana está recrudeciendo la guerra del taxi y multiplicando sus frentes.
Un momento de la marcha de los taxistas hacia la sede de Foment del Treball
Un creciente número de comerciantes, restauradores y hoteleros se muestran cada vez más preocupados al respecto. De un tiempo a esta parte Álvarez ya no se enzarza principalmente con las grandes multinacionales tecnológicas y la Autoritat Catalatana de la Compètencia (ACCO), también lo hace con Foment del Treball, el Gremi de Restauració de Barcelona, Barcelona Oberta...
Y las guerras son sucias, y en la vigilia corrieron mensajes falsos que anunciaban la suspensión de la protesta imitando los comunicados de Élite Taxi. Entretanto Uber anunció que pagará 1.500 euros del seguro a cada taxista que se sume a su plataforma, y los dueños de las licencias VTC desplegaron una gran lona sobre una fachada de Pelai donde puede leerse “Este podría ser tu último viaje en una VTC. No lo permitas”. También pegaron centenares de carteles.
La mayor parte de los coches se concentró en la Gran Via
A toro pasado, parece que a Álvarez le habría ido mejor si simplemente hubiera resistido los envites. Pese a ello, sobre las once, cuando ya todo estaba claro, proclamó que la protesta era un éxito y anunció que si en marzo el Parlament no somete a votación la nueva ley del sector llamará a a los suyos a instalarse en la Gran Via y convocará una huelga indefinida.
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Álvarez, a bordo de la Titoneta, también recordó que la mayor parte de los VTC que operan con apps en el área metropolitana lo hacen de manera ilegal, que son multirreincidentes, que por ello acumulan miles de inmovilizaciones y de millones de euros en multas. Luego los conductores caminaron hasta la sede de Foment del Treball en la Via Laietana. No pocos abandonaron la protesta por el camino. A la una decidieron regresar a sus vehículos.
