El Juzgado de Instrucción nº 4 de Santander ha inciado un procedimiento contra un agente de la policía local acusado de delito contra la intimidad. Presuntamente, el policía accedió a los archivos de la Oficina de Protección de Víctimas de violencia de género para obtener información acerca de una mujer. La mujer era la expareja de un cabecilla de un grupo de narcotraficantes de la capital cántabra. El agente tenía una “relación personal” con el narco, que había sido denunciado por agresión por su expareja.
Según recoge El Diario Montañés, el instructor de la causa explica que el policía, asignado a la Oficina de Protección de Víctimas (Oprovic), aprovechó su condición de agente y “abusando de su condición de funcionario con acceso al Sistema de Seguimiento Integral para Víctimas de Violencia de Género (Viogen), accedió repetidamente a los datos almacenados en ese sistema en relación a una víctima”.
El agente, continúa la resolución, “no tenía encomendada la protección de esa víctima y sí únicamente la de su presunto agresor”. El hombre denunció a la mujer el 8 de agosto de 2023. El objeto de los accesos —nueve en seis días— perseguía el objetivo de convencer al agente encargado de la custodia de la expareja del narco de que redujera el nivel de riesgo de medio a bajo. El investigado se puede enfrentar a una pena de hasta 5 años de cárcel por los cargos que le imputa el juez.
Por otra causa, El Diario Montañés recuerda que el traficante se enfrenta a ocho años de cárcel por blanqueo y un delito contra la salud pública. La Fiscalía de Cantabria ya ha presentado su escrito de calificación provisional. El acusado “se ha dedicado desde el año 2014 hasta abril de 2024 a la venta y distribución de cocaína tanto en Santander como en otros municipios de Cantabria, utilizando un coche para desplegar esta actividad”.