Antonio Gali Balaguer, de 74 años y condenado por tres asesinatos cometidos entre 1982 y 2005, se ha establecido desde marzo de 2025 en la pequeña localidad ourensana de A Bola, despertando preocupación entre sus cerca de 1.000 habitantes.
El septuagenario, que salió de la prisión de A Lama tras cumplir su última condena, adquirió una vivienda en la aldea de San Pedro, donde actualmente reside. En una entrevista con el programa Ana Rosa, afirmó que ya no representa un peligro para la sociedad debido a sus problemas de movilidad, mostrando sus muletas para respaldar sus palabras: “Con la prensa no hablo porque me hicieron mucho daño. Ahora lo que quiero es vivir tranquilo”.
Un pasado marcado por la violencia
Reacción y medidas en A Bola
El historial criminal de Gali Balaguer abarca más de cuatro décadas de delitos graves. Su primer registro judicial data de 1979, cuando fue condenado por abusos sexuales a dos menores y amenazas con arma blanca. En 1982 cometió su primer asesinato al matar al marido de su amante, propinándole 17 hachazos en la cabeza.
Dos años después, en 1984, volvió a matar: una niña de 11 años, amiga de su hija, fue ahogada en una bañera tras negarse a guardar silencio sobre los abusos que sufría. Por estos dos crímenes fue condenado a 64 años de prisión, aunque solo cumplió alrededor de un tercio de la pena.
Tras su liberación, volvió a ser encarcelado por tráfico de drogas. En 2005 cometió su tercer asesinato, estrangulando a una mujer que ejercía la prostitución en Ourense, cuyo cadáver abandonó en una cuneta cercana a Maside. Por este crimen fue condenado a 19 años, cerrando un expediente que lo sitúa entre los criminales más peligrosos de España en las últimas décadas.
Según explica el Diario de Sevilla, los vecinos de A Bola desconocían inicialmente el pasado de su nuevo residente, y algunos incluso le habían prestado ayuda por su dificultad para caminar. La alcaldesa, Teresa Barge, del Partido Popular, explica que “los vecinos, buenos vecinos, estaban colaborando con él por puro instinto de buena vecindad”.
El Ayuntamiento confirmó que fue gracias al buzón donde apareció su nombre que los residentes comenzaron a investigar y descubrieron su historial criminal. En respuesta, la Guardia Civil ha establecido un plan de vigilancia disuasoria para mantener la tranquilidad en la zona y evitar alarmas innecesarias.
Según fuentes municipales, Gali Balaguer compró la vivienda a través de una venta online gestionada por los herederos de los anteriores propietarios. Se baraja que la cercanía con la prisión de A Lama influyó en su elección.
El consistorio ha solicitado a los vecinos extremar precauciones, como no acercarse al domicilio del ex recluso, y se ha coordinado con la Guardia Civil para vigilar la zona. La alcaldesa asegura que, a pesar del revuelo mediático, la comunidad “está tranquila” tras comprobar sus limitaciones físicas.
El Ayuntamiento ha anunciado la convocatoria de una rueda de prensa para abordar la situación y responder a las inquietudes de los vecinos de forma definitiva.


