El Ayuntamiento de Girona quiere poner al día los mercados de vendedores ambulantes de la Devesa y Santa Eugènia para adaptarlos a las normativas europeas y catalanas. El Consistorio trabaja en la redacción de una nueva ordenanza en esta materia que, entre otras cosas, contempla la reducción del número de puestos, el tamaño máximo que pueden ocupar y las normas a cumplir en seguridad alimentaria, entre otros muchos aspectos.
La nueva normativa en la que se está trabajando no se prevé aprobar hasta dentro de cuatro o seis meses, pero la voluntad del Consistorio es poner un poco de orden en el mercado bisemanal que cada martes y sábado acoge el parque de la Devesa.
Se prevé rebajar de 100 a 90 los puestos del mercado del martes y de 180 a 150, los del sábado
Aunque uno de los puntos del programa del equipo de gobierno es eliminar precisamente este mercado de este pulmón verde de la ciudad, mientras no llega este consenso el Ayuntamiento se ve obligado a “reactualizar” la normativa que regula este tipo de espacios ya que no estaba adaptada al marco jurídico europeo y catalán. Coincide además que el 7 de octubre finaliza la vigencia de la mayoría de las autorizaciones para el ejercicio de la venta no sedentaria, lo que obliga a elaborar un documento nuevo.
Entre otras cosas, el texto contempla una reducción de los puestos que debe haber en el mercado de La Devesa. Si actualmente los martes hay un centenar de puestos, se pasaría a 90. Y de los 180 de los sábados, a 150 con la nueva ordenanza. En Santa Eugènia se mantendrían los 30 espacios que ya existen en la actualidad. Con esta reducción se quiere evitar que los vendedores estén semanas o incluso meses sin acudir.
Como mucho podrá haber un 30% de espacios de alimentación
El contenido inicial de esta ordenanza, que estos días se está presentando a las asociaciones de vecinos y a los propios vendedores, también estipula el tamaño máximo que debe tener cada uno d de los puestos. Serán como máximo ocho metros, doce si hay vehículo.
Con una disposición lineal, se quieren evitar así los puestos en forma de U y que contribuyen a la congregación de más clientes en estos espacios. “Queremos que todos tengan las mismas condiciones de igualdad”, explica la vicealcaldesa de Girona, Gemma Geis.
También se fija que no puede haber más de un 30% de espacios dedicados a la comercialización de alimentos. El resto deberá ser multiproducto (ropa, herramientas, productos de marroquinería...). De este modo, se quiere lograr que todos los vendedores ambulantes se puedan ganar la vida.
El texto de la nueva ordenanza también prevé el capítulo de sanciones, que oscilarán entre los 300 y 1.500 euros, en función de la gravedad o reiteración de las irregularidades que se cometan. Los que quieran optar a un puesto deberán estar al corriente de todos los pagos y tener dados de alta a los trabajadores que tengan empleados.
Queremos un mercado de calidad que cumpla con su función social, bien gestionado y ordenado y en el que se vele por el producto de proximidad y de calidad
“Queremos un mercado de calidad que cumpla con su función social, bien gestionado y ordenado y en el que se vele por el producto de proximidad y de calidad”, explica la vicealcaldesa y edil de Promoción Econòmica, Gemma Geis.
El objetivo es eliminar conductas como el apilamiento de cajas, dejar los productos alimentarios en el suelo, radicar cualquier tipo de intento de 'top manta' o algún que otro robo o tirón de bolso que también se ha producido en estos espacios.
El nuevo texto no se prevé aprobar hasta dentro de cuatro o seis meses
Quien velará para que la norma se cumpla será la figura del 'asentador', que se encargará de fijar y delimitar los puestos de cada vendedor, controlar y vigilar para que exista una “buena convivencia”. La ciudad contará con dos de ellos.

