Girona cambia el modelo de recogida de basuras ante el fiasco del actual

Municipal

Habrá un contenedor para cada fracción, que se abrirá cada día pero con tarjeta

Acumulacion de basuras en los nuevos contenedores de Girona. Mar Duran/Nord Media

Basuras desparramadas junto a los contenedores en una calle del barrio de Sant Narcís

Mar Duran / Nord Media

Un año después del despliegue del nuevo modelo de recogida de residuos de Girona, con contenedores inteligentes multifracción que solo se pueden abrir con tarjeta durante unas horas y días determinados en función del calendario de recogida, el Ayuntamiento hará borrón y cuenta nueva ante el fiasco de un modelo que no ha funcionado.

Las islas de contenedores con montones de bolsas de basura desparramadas alrededor, sumado a la presencia de deshechos más voluminosos que de costumbre –escenas que se han reproducido en todos los barrios– reflejan que el modelo no ha cuajado entre la población. El nuevo sistema implantado en veinte barrios de la ciudad ha suscitado, en general, más quejas que aplausos.

El sistema desplegado hace ocho meses ha generado más quejas que aplausos entre los vecinos de la ciudad

A principios de julio, a raíz de una campaña popular, se entregaron más de 6.800 firmas al Ayuntamiento exigiendo cambios en un modelo que ha deteriorado significativamente el espacio público, con montoneras de deshechos en la calle. Los firmantes exponían que, lejos de fomentar un mayor reciclaje, estaba generando el efecto contrario. “Muchas personas se ven forzadas a acumular basura en casa, cosa que no es viable en viviendas pequeñas o sin espacios adaptados y muchos vecinos terminan lanzando las bolsas en cualquier contenedor, independientemente de la fracción”, exponían en el documento de motivos que entregaron al Consistorio.

Las quejas ciudadanas, la reducción de los índices de reciclaje y la dejadez del espacio público han llevado al Ayuntamiento a desistir en su apuesta. A principios del año que viene, la ciudad regresará al punto de partida: volverá a haber un contenedor para cada fracción, que se podrá abrir cada día y a cualquier hora. Eso, sí, con tarjeta como hasta ahora, ya que seguirán siendo contenedores inteligentes. En el pleno municipal del pasado lunes se aprobó la modificación del contrato de la basura que hará posible este y otros cambios, como más limpieza en el entorno de los contenedores y un mayor vaciado de papeleras. 

El nuevo modelo obligará a comprar 1.130 contenedores inteligentes más, que se irán implantando progresivamente a principios del 2026. Los cambios supondrán un sobrecoste de unos 6,5 millones de euros. El alcalde, Lluc Salellas, explica que las mejoras aplicadas son “el resultado directo de un proceso de escucha activa con los ciudadanos”. “Nos adaptamos para mejorar, facilitar la vida de la gente, mejorar el reciclaje y mantener la ciudad limpia”, dice.

Antes de llegar a este punto, el Ayuntamiento había intentado aplicar algunos cambios: más días de recogida de la orgánica, la incorporación del antiguo contenedor abierto para vidrio, incrementar la limpieza en las islas de contenedores o poner más policía cerca de estos para hacer frente al aumento de deshechos voluminosos. También se ha sancionado a la empresa concesionaria del servicio por incumplimiento del contrato en dos ocasiones, la última por valor de 258.000 euros.

El presidente de la Coordinadora d’Associacions Veïnals (CAV), Roger Casero, confía en que el cambio “facilite una mejor recogida con menos basura fuera y menos impropios dentro de los contenedores”. Al mismo tiempo, cree que puede generar agravios con otras zonas de la ciudad donde se mantiene la recogida puerta a puerta, y que seguirán sujetos a un calendario semanal en el depósito de fracciones.

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