La Audiencia de Girona ha condenado a prisión permanente revisable a A.P.P, el hombre de 39 años acusado de asesinar y agredir sexualmente a su pareja de 21 en Campdevànol (Ripollès), en septiembre de 2022.
El tribunal lo declara culpable de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento con las agravantes de género y parentesco y lo condena a la pena máxima, la de prisión permanente revisable. Es la primera vez que la Audiencia de Girona aplica esta condena en un delito de asesinato.
También se le condena a 17 años de cárcel por agresión sexual y maltrato habitual en el ámbito de la pareja
También lo hace responsable de un delito de agresión sexual con objeto peligroso, por el que le impone una pena de quince años de cárcel, además de dos años por maltrato habitual en el ámbito de la pareja.
El tribunal también le obliga a indemnizar con 200.000 a cada uno de los familiares más cercanos de la víctima, al padre, a la madre y a la hermana y con 20.000 euros más a la tía de la víctima. En total, 620.000 euros en indemnizaciones. La resolución no es firme y se puede recurrir en un plazo de diez días.
La sentencia recoge el veredicto del jurado popular, según el cual el procesado propinó puñetazos, golpes con objetos de forma contusa y roma, quemaduras y cuchilladas a los genitales a la víctima
La sentencia de la Audiencia de Girona recoge el veredicto que emitió el jurado popular, que por unanimidad lo declaró culpable de asesinato, agresión sexual y maltrato, sin aceptarle ninguno de los atenuantes que pedía la defensa.
El jurado popular consideró probado que entre la tarde noche del día 19 y hasta la mañana del 21 de septiembre de 2022, el condenado “con la intención de acabar con la vida” de su pareja, la golpeó repetidamente, agrediéndola con puñetazaos, golpeándola con objetos de forma contusa y roma y usando objetos abrasantes causándole quemaduras. El acusado también le propinó dos puñaladas profundas en la zona de la vagina.
El jurado también consideró probado que el acusado actuó de este modo “a sabiendas que le causaría la muerte” y “con el fin de aumentar el sufrimiento” y ante la indefensión de la víctima “por lo inesperado de su conducta agresiva en el ámbito del domicilio familiar” de la que era su pareja sentimental.
El jurado también consideró probado que durante el año y medio de relación de pareja, pero especialmente a lo largo de 2022 y hasta su muerte, el condenado “ejercía habitualmente un control sobre ella y la tenía sometida a su dominación”.
La sentencia, que no es firme, le impone también una indemnización global de 620.000 euros a la familia de la víctima
Entre otras cosas, le cogía las llaves del domicilio de sus padres para así disuadirla de irlos a ver, le examinaba el móvil para comprobar sus comunicaciones y controlaba su forma de vestir y maquillarse. También la trataba en público y privado con menosprecio y la separó emocional y físicamente de su entorno familiar y de amistades “para ejercer un control y superioridad sobre ella”.
La sentencia de la sección cuarta de la Audiencia recoge el veredicto del jurado popular. Entre otras cosas, subraya el “inesperado ataque” que sufrió la víctima “que no pudo articular ningún tipo de defensa para intentar salvar su vida”. También recoge el sufrimiento de ésta, ya que el condenado le “provocó graves padecimientos y prolongó su agonía mortal”.

