Las empresas del sector cárnico español han cerrado en 2024 con buenos resultados y confían en seguir creciendo en ventas y beneficios en 2025 gracias a la bajada de los costes de producción y al impulso de las exportaciones en porcino, vacuno y ovino. Así lo han asegurado este miércoles desde la AECOC, la asociación que reúne a 34.000 compañías de la industria y la distribución, durante la presentación del 25 Congreso de Productos Cárnicos y Elaborados que se celebrará en Lleida el 11 y 12 de febrero.
La asociación prevé que, en un contexto europeo de carencia de oferta, los precios de la carne continúen al alza si se mantiene el nivel exportador. Sin embargo, temen el impacto de nuevos aranceles de China, Mercosur, las políticas de Trump y nuevas normativas de bienestar animal.
El presidente del comité de carnes de AECOC y director general del área avícola del grupo leridano Vall Companys, Josep Solé, ha señalado que el consumo interno de carne en España se ha mantenido estable durante 2024.
“Ha sido un año de mucho turismo, la población también se va incrementando y estamos satisfechos en lo que se refiere al consumo interno”, ha valorado.
Sin embargo, las ventas de pollo han crecido en el mercado interior entre un 4 y un 5% porque son “la proteína más barata” y los consumidores apuestan en detrimento de carnes más costosas, según ha detallado Solé.
Por el contrario, se prevé que el precio de la carne de cerdo, de cordero y de ternera siga subiendo por el buen comportamiento de las ventas en el exterior, sobre todo hacia países árabes en el caso del ovino y el vacuno.
Tras el encarecimiento de los costes de producción en 2021 y 2022 por la subida del precio del cereal y de la electricidad, en 2024 el sector cárnico ha dejado atrás las pérdidas y ha vuelto a crecer en ventas y rentabilidad.
“El sector vuelve a ser sostenible económicamente y eso es bueno porque el ritmo que llevábamos provocaba cierres de empresas”, ha reconocido el presidente del comité de carnes de AECOC.
Productos vegetales
El sector cárnico asegura que no teme la irrupción en el mercado de productos vegetales que se posicionan como una alternativa al consumo de carne y constata que su consumo está “estabilizado” desde hace un par de años. “Esta categoría nueva de producto vegetal y de imitación de carne no está creciendo y no nos afecta”, aseguró Josep Solé.