Madrid se ha convertido en un laberinto debido a las grandes obras que están en marcha. Desde el túnel de la M-30 en Ventas, hasta la obras en la Castellana pasando por el soterramiento de la A-5 son grandes obras que complican el tráfico cada día a los miles de ciudadanos que necesitan utilizar su coche para llegar al trabajo. Esas son infraestructuras de gran envergadura, pero hay otras como la ampliación del metro en la parada del Bernabéu , las obras en el intercambiador de Conde de Casal, la ampliación del la línea 11 del metro o las obras cerca de la estación de Atocha, que implican también salir con bastante tiempo porque nunca se sabe lo que uno se puede encontrar de atascos.
Desde el área de obras del Ayuntamiento de la capital inciden en que desde el inicio de cada infraestructura “se trabaja con los responsables de movilidad para estudiar su repercusión y minimizar las molestias a los ciudadanos”.
Se buscan soluciones
Paloma García Romero, delegada de movilidad, expuso la semana pasada en la comisión de dicha área “que se mantienen reuniones con entidades públicas y vecinales” para buscar nuevas soluciones. Por ejemplo, en el caso de los problemas en La Castellana se han mantenido reuniones con los alcaldes de los municipios de la Sierra, con el Consorcio Regional de Transporte, con gerencia del Hospital de La Paz y hasta con los responsables de las Cinco Torres. ¿El objetivo? La solución, según fuentes conocedoras de los hechos, pasa por escalonar un poco la hora de entrada y salida de los cientos de empleados que trabajan en las empresas de la zona para evitar los grandes atascos en la zona de Plaza Castilla, un punto donde se forman muchos días, incluso sin problemas de la lluvia.
”Todas las intervenciones en el túnel de Conde Casal las hemos llevado a cabo en verano y por la noche para afectar lo mínimo posible al tráfico”, defiende Romero. De igual forma, añade, “la colocación de la pasarela de la A-2 se ha hecho en fechas con el menor tráfico posible”.
Mayor coordinación
Miguel Montejo, concejal de Más Madrid, considera que “no se coordinan medidas con otros organismos públicos”, como puede ser el Ministerio de Transporte.
Bien es cierto que en todas las obras se ponen servicios alternativos de metro y autobuses urbanos, pero por ejemplo, no hay gran coordinación con los trenes de cercanías.
Con tanta complicación en el tráfico porque hay que buscar recorridos alternativos y accidentes que se producen de forma habitual, pués llegar al trabajo puntual se convierte en algo inusual.
La otra opción sería ir en transporte público, pero hay zonas que no están bien conectadas: en coches se pueden tardar 20 minutos si no hay afecciones de tráfico y si hay que hacer algún trasbordo se puede convertir en más de una hora el mismo recorrido si se coge el autobus, el metro o los trenes de cercanías.


