La emancipación imposible de los jóvenes vascos

Nuevo estudio

Un estudio revela cómo los bajos salarios y los elevadísimo precios de la vivienda dificultan la emancipación de jóvenes con formación, trabajo y sueldo

Un grupo de estudiantes de la EHU, en el inicio de curso universitario

Un grupo de estudiantes de la EHU, en el inicio de curso universitario

Egoi Markaida. Komunikazio Bulegoa.

En la esfera política y mediática vasca es habitual escuchar a políticos o creadores de opinión abroncando a los jóvenes por su dilación a la hora de emanciparse o de formar una familia. Ocurre también en algunas familias o a nivel de calle. Un estudio hecho público por el Gobierno vasco estos días, sin embargo, evidencia que la juventud no adolece de una particular desidia, sino que debe hacer frente a unas condiciones materiales precarias, marcadas por bajos salarios y condiciones de acceso a la vivienda inasumibles, también para las clases medias y trabajadoras.

El estudio en sí se llama Claves de la emancipación en Euskadi y ha sido presentado por el Gobierno vasco esta semana, a partir del análisis detallado de la situación económica y social de los jóvenes de entre 18 y 34 años en la comunidad autónoma del País Vasco.

El 81,5 % de las personas jóvenes de 25 a 29 años no emancipadas desearía salir del hogar familiar

De entrada, la comparativa con la edad de emancipación en los países de la Unión Europea es reveladora del problema. La edad media de emancipación en Euskadi es de 29,8 años, tres años y medio más tarde que la media europea, que es de 26,2 años. Además, la emancipación es más tardía entre los vascos que entre quienes tienen nacionalidad extranjera y es claramente superior a la que se considera la edad ideal para hacerlo, que rondaría los 25.

En este sentido, el estudio es claro al señalar que el deseo de emancipación es mayoritario: el 81,5 % de las personas jóvenes de 25 a 29 años no emancipadas desearía salir del hogar familiar, pero no puede permitírselo por cuestiones como las condiciones laborales, el alto coste de la vida o la prolongación de los estudios.

La mayoría de la juventud emancipada de entre 18 y 34 años convive con su pareja (60,8 %), mientras que el 23,1 % comparte piso con otras personas. Entre quienes tienen nacionalidad extranjera este porcentaje se eleva hasta el 41,4 %. Únicamente el 16,1 % de la juventud emancipada vive sola.

Esa edad media de emancipación a los 29,8 años se mantiene estable desde hace una década, con pequeñas oscilaciones entre un máximo de 30,4 en 2016 y el mínimo en 2022, cuando se quedó en 29,7.

En todo caso, el estudio evidencia que las políticas en esta materia no están ofreciendo resultados, con niveles ínfimos de emancipación en jóvenes de entre 18 y 29 años (solo el 34,9 %; en la franja de 30 a 34 años sube hasta el 66,7 %) y peores datos de emancipación entre la población autóctona que entre los extranjeros.

En el año 2016 debían destinar el 53,6 % de su sueldo a la hipoteca, la cifra hoy llega al 64,2 %

Atendiendo a las causas, un foco de atención fundamental es la vivienda: la renta media mensual de los contratos de alquiler es de 819 euros, según el registro del Gobierno vasco. Se trata de la cifra más alta en la última década y contrasta con los 629 euros de media que se registraban en 2016. La cuota hipotecaria mensual también se ha disparado, hasta los 769 euros, frente a los 593 euros de 2016. El importe medio de las viviendas libres, mientras tanto, se sitúa en 245.259 euros, frente a los 201.321 de 2016, y el tipo de interés medio de los préstamos hipotecarios roza su récord: un 3,7 %, frente al mínimo de 1,5 en 2021 o al 2,0 de 2016.

Este contexto contrasta con la realidad material de los jóvenes, que deben destinar más salario que nunca al pago de una vivienda. Así, si en el año 2016, hace menos de diez años, debían destinar el 53,6 % de su sueldo a la hipoteca, la cifra hoy llega al 64,2 %. En Gipuzkoa esa cifra se dispara hasta el 74,8 %.

El porcentaje de titulados superiores es mucho más elevado que en la UE, pero la temporalidad tambien lo es

En cuanto a la opción del alquiler, los jóvenes vascos deberían destinar el 52,4 % de su salario mensual al pago del mismo, de nuevo la cifra más alta de los últimos diez años. En realidad, no obstante, el alquiler sigue siendo visto como una opción temporal: el 85,2 % de los jóvenes no emancipados de entre 18 y 29 años prefiere la opción de comprar una vivienda, porcentaje que asciende al 90 % en la franja superior de este grupo de edad.

No en vano, aunque la inserción laboral ha mejorado y la formación de los jóvenes está a la cabeza en Europa, la temporalidad y los bajos sueldos, unidos al precio de la vivienda, terminan de truncar las expectativas de emancipación.

Los datos de titulados superiores son espectaculares, hasta 23 puntos más elevados que la media en la Unión Europea. Después de que la tasa de titulación superior haya crecido más de diez puntos en otros tantos años, el 67,8 % de las personas de 25 a 34 años posee una titulación de estudios universitarios, de grado, máster o doctorado, o ciclos formativos de grado superior, muy por encima de la media de la UE, que es del 44,2 %.

El paro juvenil ha bajado claramente desde el máximo de 2015 y hoy ronda el 10,9 % para la juventud de 16 a 29 años, ligeramente por debajo de la media europea. Además, la tasa de actividad es elevada a partir de los 25 años, con un 78,3 % entre los 25 y 29 años y del 78,1 % entre quienes tienen entre 30 y 34 años.

La temporalidad, sin embargo, sigue siendo muy elevada, pese a que se ha reducido desde la entrada en vigor en 2022 de la reforma laboral. A día de hoy afecta al 40 % de la juventud asalariada de 16 a 29 años y, sobre todo, a quienes tienen menos de 25 años, entre quienes alcanza el 50 %. La temporalidad en la media de la UE es del 33,6 % para la juventud asalariada de 15 a 29 años, 6,4 puntos más baja que la de Euskadi.

El otro gran problema, el salario neto mensual medio, se queda en 1.564 euros con las pagas prorrateadas para la juventud de entre 18 y 34 años. Aunque se aprecia un incremento a lo largo de la última década (en 2015 era de 1.325 euros), sigue siendo muy limitado atendiendo a los costes de la vida. Entre los 18 y los 29 años el salario medio se queda en 1.381 euros netos.

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En este sentido, pese a la bajada del paro y a la elevada inserción laboral de quienes cuentan con estudios de formación profesional o universitarios, los bajos salarios y la temporalidad continúan siendo un problema clave para los jóvenes de cara a poder afrontar un proyecto de vida independiente y hacer frente a los costes de la vivienda.

El estudio, en este sentido, es muy elocuente a la hora de mostrar los enormes problemas a los que deben hacer frente los jóvenes para emanciparse, en la mayoría de los casos pese a contar con formación, cierta estabilidad laboral y un sueldo.

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