El buitre negro ya vuelve a habitar el macizo del Port, en Roquetes (Tarragona) un siglo después de que se extinguiera. Este miércoles han llegado los seis primeros ejemplares de la futura colonia.
Entre mucha expectación y cuidadosamente, se han introducido en la gran jaula de aclimatación donde vivirán en los próximos meses.
En este período de aclimatación es necesario que establezcan una “asociación positiva” con el entorno, donde se les alimentará sin que tengan contacto con ningún humano y sin alterar su comportamiento natural.
Después serán liberados y seguramente se marcharán, pero se quiere “aprovechar la filopatía, la tendencia que tienen a volver a las zonas de cría”, como ha explicado el director del Parque Natural de Els Ports. Ya se han construido plataformas nido para facilitarlo.

