El pleno del Ayuntamiento de Tarragona ha aprobado inicialmente este viernes la ordenanza para la creación y gestión de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad.
La normativa ha obtenido la mayoría absoluta gracias a los votos del gobierno del PSC ya los de Junts y los dos consejeros no adscritos. ERC y En Comú Podem se han abstenido mientras que PP y Vox se han mostrado contrarios.
La aprobación definitiva está prevista para junio y durante diciembre empezaría a implementarse.
El texto contempla una serie de excepciones en su aplicación que ha generado discrepancias entre los grupos: unos porque la han considerado demasiado laxa y otros porque la han encontrado excesivamente restrictiva.
De siete de la mañana a siete de la tarde
La ZBE de Tarragona funcionará de siete de la mañana a siete de la tarde y se ha realizado conjuntamente con la de Reus para que sean muy similares.
Los vehículos que carezcan de distintivo ambiental pero que estén registrados en Tarragona podrán acceder a la zona restringida y delimitada mediante un sistema de videovigilancia de 44 cámaras. También habrá excepciones por personas con movilidad reducida, rentas bajas y vehículos profesionales.
Durante el 2026, los residentes en Tarragona no tendrán ninguna restricción, ya partir de 2027, los habitantes censados en la ZBE podrán entrar y salir de la zona sin problemas. También podrán hacerlo aquellos vehículos que se dirijan a aparcamientos particulares (ya sea de propiedad, alquiler o abono) o los de uso público situados en el interior de la ZBE. El proyecto se ha adjudicado por casi 1,4 millones de euros.
El alcalde de la ciudad, Rubén Viñuales, ha apuntado que “es una norma por imperativo legal” y que con las excepciones y aplicación progresiva no quieren “dejar a nadie atrás”. En este sentido, Josep Manresa (Junts) ha defendido que “la ordenanza no debe ser una carga para las personas que no puedan permitirse cambiar de vehículo a corto plazo”.