Una réplica necesaria (a Pablo Salazar)

Diario de València

Una réplica necesaria (a Pablo Salazar)
Periodista

Pablo Salazar es un periodista valenciano al que hay que prestar atención en lo que escribe y con el que comparto una obsesiva pasión por la historia, en especial la de Europa de entreguerras y, principalmente, por la II Guerra Mundial y sus consecuencias.  Tuvo hoy la deferencia de ofrecer una crítica en Las Provincias, que animo a leer, sobre un artículo mío que escribí a propósito de la decisión, adoptada por el PP y Vox en Alicante, de solicitar a les Corts que la ciudad sea considerada zona de predominio castellano. Argumenta Salazar que oponerse a esta decisión se enmarca en la estrategia de la izquierda nacionalista, de tradición “fusteriana”, de querer imponer el valenciano. Dice en su texto: “Es muy probable que Vox -no así el PP- quiera españolizar la Comunitat Valenciana a golpe de castellano por decreto. Como lo es que Compromís, y también el PSPV, buscaron desespañolizarla haciendo justo lo contrario, imponiendo el valenciano”. Y añade que “Es todo más sencillo, o debería de serlo. Una comunidad, un pueblo, dos lenguas, iguales derechos, respeto a la elección de cada cual, en la escuela, en la Administración, en la calle. Una utopía”.

Horizontal

La estatua de Jaume I en el jardín de El Parterre de València

Terceros

Vayamos por partes, en esta réplica. Salazar recurre a un argumento que siempre ha funcionado: el de asociar la defensa del valenciano al catalanismo de corte fusteriano. Es una estrategia perfecta para desanimar la defensa y promoción de la lengua propia desde las instituciones e incluso para no hablarla cuando se conoce (y no son pocos los casos que conozco). Lo he contado muchas veces, en mi familia, toda de Alzira y en su mayoría conservadora (casi todos votan al PP y creo que igual alguno a Vox aunque no me lo reconoce) les entra la risa cuando se plantea esta asociación. Es como decir que mi madre, mis hermanas, mis tíos, primos, etcétera, son “catalanistas” o “fusterianos” por el mero hecho de amar su lengua propia, usarla y querer que sus descendientes la conozcan (spoiler, ninguno de ellos ha leído a Joan Fuster). O, bien al contrario, es asociar que ellos mismos usen el castellano con una presunta tendencia al conservadurismo político. Lo mejor es cuando vengo con algún amigo de València ciudad a Alzira y le invitamos a una paella y le oigo decir: “oye, ¿tu familia habla valenciano o catalán?”. Diré más: mi padre, que en paz descanse, hombre conservador, inteligente, gran persona y amante de los toros, hablaba valenciano y castellano, y tenía a sus principales clientes en Catalunya; nunca necesitó traductor. 

No voy a negar a Salazar que el valenciano ha sido utilizado y es utilizado como arma de confrontación política por las derechas y por las izquierdas. Pero lo que yo planteaba en mi artículo no tenía que ver nada con la política y sí, y mucho, con la identidad y con la sensibilidad de esta compleja sociedad que tuvo de padre fundador a Jaume I. Y explicaba, insisto, que esta identidad “dual” que está presente en gran parte de nuestra geografía valenciana, la que siente el castellano y el valenciano como lenguas propias, apela a un respeto que no se da cuando desde las instituciones se intenta negar la sociología propia. Más grave cuando los consensos se establecen para dañar a la lengua que está en inferioridad de condiciones, que es el valenciano como bien sabe el reputado periodista. Basta ver el ecosistema mediático para verificarlo (un día hablaremos del caso del valenciano en À Punt). Y eso es lo que ha sucedido en Alicante, ciudad en la que no pocos miembros del PP que conozco están asombrados por esta cesión a Vox.

Habrá más batallas, y el valenciano seguirá perdiendo. Y algunos seguiremos denunciando cómo unos pocos intentan dañar la identidad de muchos que, simplemente, se sienten valencianos usando tanto el valenciano como el castellano”

Dice Salazar, repito, que “una comunidad, un pueblo, dos lenguas”, y coincidimos en la premisa. El problema es que un sector de la derecha sigue observando el bilingüismo como una anomalía, y al valenciano como un elemento subsidiario del catalanismo y el separatismo. Por eso, como reconoce el propio Salazar “es muy probable que Vox -no así el PP- quiera españolizar la Comunitat Valenciana a golpe de castellano por decreto”. Es que, apreciado Pablo, es eso lo que está sucediendo, como tú mismo señalas. Se ha activado una “guerra cultural” desde ese sector de la derecha en la que los populares valencianos están cediendo y Alicante ha sido el último caso. Habrá más batallas, y el valenciano seguirá perdiendo. Y algunos seguiremos denunciando cómo unos pocos intentan dañar la identidad de muchos que, simplemente, se sienten valencianos usando tanto el valenciano como el castellano. Es algo que supera la política, y entra de lleno en el amor hacia nuestra lengua, hacia nuestras lenguas. Si tienes dudas, querido Pablo, vente a Alzira a comer una paella y lo comprobarás; invito yo.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...