Loading...

Apartamentos turísticos contra la cultura: la batalla de la librería 80 Mundos de Alicante

Efectos de la turistificación

Un símbolo de la cultura de esta ciudad, la librería más antigua, se enfrenta al desalojo mientras el turismo devora el centro de la ciudad

Fernando Linde la fundó en 1984, cuatro socias la mantienen viva con gran aceptación de crítica y público, pero ahora el negocio inmobiliario obliga a buscarle nuevo destino

Imagen cedida por 80 mundos del interior de la librería

LVE

La emblemática librería 80 Mundos de Alicante, con más de 40 años de historia y un referente clave de la cultura en la ciudad, se enfrenta a un momento crucial: abandonar su local en la avenida General Marvá, donde ha sido un referente cultural, debido a la venta del edificio para convertirlo en apartamentos turísticos, y buscar nuevo emplazamiento. Carmen Juan, una de sus cuatro propietarias, relata con emoción cómo esta decisión ha sacudido no solo su proyecto, sino también a una comunidad de lectores que durante décadas ha encontrado en este espacio mucho más que libros; un lugar donde conectar con la literatura.

Fue traspasada en 2018 a cuatro socias que mantuvieron viva su esencia

Fundada en 1984 por Fernando Linde, 80 Mundos fue traspasada en 2018 a cuatro socias que mantuvieron viva su esencia: un lugar donde la literatura convive con exposiciones, presentaciones, clubes de lectura y debates. Con más de 300 metros cuadrados, el local ha sido testigo del paso de autores. Basta ver la lista de los últimos: David Uclés, Mónica Ojeda, Raúl Quinto (Premio Nacional de Narrativa), Aurora Luque (Premio Nacional de Poesía), la ilustradora Ilu Ros o el filósofo Josep Maria Esquirol. Sin embargo, el aviso de desalojo llegó de forma abrupta. “Nos enteramos de que el edificio se había vendido y los nuevos dueños, que son una empresa, nos comunicaron que no nos querían renovar el alquiler; van a construir apartamentos turísticos”, explica Carmen Juan. 

El contrato actual incluye una cláusula de rescisión con una indemnización “ridícula”, según Juan: dos meses de renta por año restante, insuficiente incluso para cubrir los gastos de mudanza. Aunque la fecha exacta de cierre no está confirmada, todo apunta a que será después del verano, lo que les permitiría mantener abierto durante la campaña de libros de texto, crucial para su economía. “Es duro, es nuestra vida”, confiesa Juan. “Pero no tiramos la toalla. Queremos encontrar un nuevo local para convertir la librería en un espacio aún más acogedor”, asegura con firmeza en conversación telefónica.

Imagen cedida de la manifestación del pasado fin de semana contra el cierre de la librería 80 Mundos de Alicante

LVE

La ironía no escapa a nadie: este mismo año, 80 Mundos recibirá un premio de la Conselleria de Educación y Cultura por su labor en la promoción de la lectura. “Nos otorgan un reconocimiento mientras nos echan de casa”, comenta Juan con amargura. El pasado fin de semana, una multitud se manifestó frente a la librería, criticando los efectos del turismo en la identidad urbana de Alicante y en apoyo de esta bombonera cultural. Hubo gritos contra la turistificación de Alicante, y también alguna lágrima. Un parte de la historia de la ciudad está en esta tienda cuya memoria abarca cuatro generaciones.

La búsqueda de un nuevo espacio no será fácil porque la presión turística ha disparado los precios de los locales

El impacto de esta noticia trasciende lo económico. 80 Mundos es la librería más antigua de Alicante, un símbolo de resistencia cultural en una ciudad cada vez más homogenizada. “Muchos clientes nos dicen que sus padres les compraban aquí los libros de texto, y ahora vienen por los de sus hijos. Es tradición”, relata Juan. El local ha sobrevivido a crisis económicas, la competencia de las plataformas digitales y las obras en General Marvá que, según cuentan, ahuyentaron a su clientela sin que el Ayuntamiento les ofreciera apoyo.

La búsqueda de un nuevo espacio no será fácil. “Alicante no es amable para emprender. Los precios son altos y encontrar un local céntrico y amplio es complicado”, admite Juan. Aunque han recibido palabras de apoyo de figuras como la concejala de Cultura Nayma Beldjilali, según relata el diario Información, reclaman acciones concretas: “Hacen falta políticas que protejan los espacios culturales”.

El caso de 80 Mundos no es aislado. Refleja una tendencia que ya ha devorado otros espacios de la cultura como cines como el de la calle Navas, ahora un restaurante temático. Mientras tanto, el equipo de 80 Mundos sigue adelante, organizando presentaciones y resistiendo como siempre lo ha hecho: con libros y comunidad. “No sabemos dónde estaremos, pero seguiremos siendo un refugio para la cultura”, promete Juan. Su lucha no es solo por un local, sino por la memoria de una ciudad que no quiere convertirse en un decorado más del turismo global. 

Etiquetas