La constructora valenciana Firmus Homes anuncia estos días un nuevo proyecto inmobiliario en uno de los barrios en expansión de València, Quatre Carreres, muy cerca del hospital La Fe, barrio en expansión cercano al nuevo cauce del Túria. Una nueva promoción, compuesta por 40 viviendas de 1, 2 y 3 dormitorios, todas con terraza, que dará continuidad a otra promoción similar ejecutada por la constructora y cuyas viviendas, confirma, ya se han vendido “prácticamente en su totalidad”. El precio de dicha promoción, consultable aún en su página web, parte de los 208.000 euros para pisos de una habitación, y de los 226.000 euros para viviendas de dos habitaciones, en línea con el precio de mercado.
Sin duda, esto denota la escasez de oferta que presenta la ciudad, en la que hay muy pocas viviendas de obra nueva disponibles: según el último análisis de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV), en el segundo trimestre de 2025 tan solo había 91 viviendas plurifamiliares nuevas como oferta válida y comparable. Una oferta ridícula para una ciudad como València, con cerca de 850.000 habitantes tras un aumento de 20.000 personas solo en el último año.
Ni vivienda nueva para adquirir, ni precios asequibles para alquilar con facilidad. Según el mismo análisis de la UPV, el número de viviendas en alquiler tradicional ha pasado de 1.724 a 1.917 en un solo trimestre, y los de corta estancia han crecido de 605 a 1.278; mientras, los precios han escalado a los 1.900 euros mensuales de media. Esta semana el portavoz del grupo municipal socialista, Borja Sanjuán, denunciaba que “es prácticamente imposible que una persona trabajadora pueda quedarse a vivir en esta ciudad, ya sea en alquiler o comprándose una vivienda” y le pedía a la alcaldesa, María José Catalá, la declaración de zona tensionada para “atajar los incrementos récord del precio de la vivienda que se están produciendo en València desde hace dos años”. Su petición venía a cuento de otro récord en el precio de la vivienda, en este caso en la de segunda mano, según el último índice de precios inmobiliarios de Idealista. En la ciudad de València el precio ha llegado a los 3.123 euros por metro cuadrado, un máximo histórico tras subir un 19,7% interanual y un 1,8% en términos intermensuales
El PSPV pide la declaración de zona tensionada tras los últimos precios de récord en venta de vivienda usada
En este contexto, voces autorizadas como la de Fernando Cos-Gayón, director de dicha cátedra y especialista en vivienda, alertan desde hace tiempo de la falta de política de vivienda pública y ponen número a esta carestía: solo había en València 15 viviendas de protección pública en venta activa a cierre del segundo trimestre, “el 0,0036% del parque total de viviendas”, matizaba.

Simulación de la nueva promoción de Firmus Homes en Quatre Carreres, València
Con escasa vivienda nueva, y de rápida venta, el problema se enquista. Y a la alta demanda responde el Ayuntamiento estos días con una operación de permuta de solares, cuyo plazo finaliza este verano, para agilizar la propiedad municipal de vivienda pública. El Consistorio, que aprobó dicha medida en la junta de gobierno local del pasado 11 de julio, ha convocado un procedimiento de concurrencia pública para seleccionar una firma promotora de viviendas de protección pública para llevar a cabo una permuta de cuatro parcelas municipales edificables por edificios ya construidos o de futura construcción.
Evidencia la urgencia de la situación la consideración que hace el Ayuntamiento al advertir que para poder adjudicar “a la mayor brevedad posible” las viviendas que se construyan (serán alquiladas a quienes consten inscritos en el Registro de Demandantes de Vivienda del Ayuntamiento de València) priorizará aquellas ofertas relativas a edificios que se encuentren en el estado de tramitación “más avanzado posible”.
El Ayuntamiento busca edificio cuya tramitación esté “lo más avanzado posible” para cambiarlos por suelo urbanizable
Asimismo, las cuatro parcelas, que han sido valoradas en 7.980.007,88 euros y que se encuentran en los barrios de Malilla y Nou Moles, se destinarán “en su totalidad obligatoriamente” a la construcción de viviendas de protección pública, para ampliar la oferta de la misma en la ciudad de València. Con esta operación calcula el Ayuntamiento que en su haber sumará las viviendas de los edificios que el Ayuntamiento reciba por la permuta junto a las 250 viviendas de protección pública que se podrán construir en los solares objeto de la permuta, pero aún así la cifra podría ser insuficiente para una ciudad que sigue creciendo.